La bendición de Kusi


Hace mucho tiempo, en las tierras altas de Salta, vivía una pequeña comunidad de pueblos originarios que adoraban a la Pachamama y creían en la importancia de mantener el equilibrio con la naturaleza.

En este lugar mágico, habitaba un niño llamado Kusi, cuyo nombre significaba "alegría" en su lengua ancestral. Kusi era un niño curioso y travieso que siempre estaba explorando los alrededores de su hogar.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un zorro herido. El animalito tenía una pata lastimada y no podía moverse. "¡Pobrecito zorro! ¿Qué te ha pasado?" -exclamó Kusi con tristeza al ver al animalito indefenso.

El zorro le contó que había caído en una trampa dejada por cazadores furtivos y que necesitaba ayuda para regresar a su madriguera antes de que fuera demasiado tarde. Sin dudarlo, Kusi decidió ayudar al zorro herido.

Con cuidado, vendó la pata del zorro y lo llevó en brazos hasta su madriguera escondida entre los árboles. El zorro le dio las gracias a Kusi y le dijo:"Gracias por tu bondad, querido niño. Ahora tengo una misión para ti.

Debes encontrar al espíritu del bosque, el Gran Árbol Milenario, y pedirle su bendición para proteger nuestra tierra de aquellos que desean dañarla". Sin temor alguno, Kusi emprendió su viaje hacia lo más profundo del bosque donde se encontraba el Gran Árbol Milenario.

Durante su travesía, enfrentó diversos desafíos como ríos turbulentos y animales salvajes; sin embargo, su valentía y determinación lo guiaron hasta el imponente árbol centenario.

Al llegar frente al Gran Árbol Milenario, Kusi cerró los ojos y ofreció una ofrenda de hojas sagradas a sus raíces ancestrales. Entonces, una voz resonó en su mente diciendo:"Kusi, has demostrado tu amor por la naturaleza y tu valentía al proteger a los seres indefensos.

Por ello, te otorgo mi bendición para que sigas siendo el guardián de estas tierras sagradas". Con lágrimas de emoción en sus ojos, Kusi regresó a su comunidad convertido en el protector de la naturaleza y los animales del bosque.

Desde ese día en adelante, se encargó de enseñar a todos sobre la importancia de respetar el equilibrio natural y vivir en armonía con todas las criaturas que compartían esa tierra mágica.

Y así fue como Kusi se convirtió en una leyenda viva entre los pueblos originarios de Salta: el niño valiente que escuchaba a la naturaleza y protegía con amor todo aquello que lo rodeaba.

Dirección del Cuentito copiada!