La Biblioteca de los Sueños



La Biblioteca de los Sueños

En un rincón olvidado de la ciudad, donde las luces parpadeaban como estrellas perdidas, se encontraba una puerta antigua y misteriosa. Nadie sabía cómo había llegado allí, ni quién la había dejado. Un día, una niña llamada Clara, curiosa y valiente, decidió abrirla.

Al empujar la puerta, un suave crujido resonó y se encontró en una biblioteca mágica, llena de libros que parecían susurrar mientras flotaban en el aire. Los estantes estaban cubiertos de polvo, pero los títulos brillaban con colores vivos.

"¡Wow!" -exclamó Clara, con los ojos bien abiertos-. "¿Dónde estoy?"

De repente, un pequeño duende apareció ante ella. Tenía una gran sonrisa y una gorra puntiaguda.

"¡Bienvenida a la Biblioteca de los Sueños!" -dijo el duende, que se llamaba Hugo-. "Aquí, cada libro tiene el poder de hacer realidad tus sueños y deseos. Pero ten cuidado, ¡no todos los libros son lo que parecen!"

Clara sonrió emocionada.

"¿Puedo leer uno?"

"Por supuesto! Elige uno, pero recuerda, solo puedes llevarlo si estás lista para aprender algo nuevo" -dijo Hugo.

Clara recorrió los pasillos de la biblioteca. Todos los libros parecían llamarla. Sin embargo, un libro en particular le llamó la atención. Era de un color azul brillante con letras doradas que decían "El Viaje a la Imaginación".

"Este, ¡este quiero!" -dijo Clara entusiasmada.

"Elige sabiamente, Clara. ¿Estás lista para lo que está por venir?" -advirtió Hugo, mirándola con ojos sinceros.

Sin pensarlo, Clara tomó el libro y lo abrió. Una luz deslumbrante la rodeó, y de repente, se encontró en un mundo de colores vibrantes, donde los árboles eran de caramelos y los ríos de chocolate.

"¡Esto es increíble!" -gritó Clara con felicidad.

Pero pronto se dio cuenta de que, a pesar de que todo era hermoso, también había desafíos. Los caramelos no eran solo deliciosos, también eran pegajosos.

"¡Ayuda!" -gritó una ardilla atrapada en una trampa de regaliz.

Clara miró alrededor y vio que, para salvar a la ardilla y sus nuevos amigos, tendría que idear un plan.

"No te preocupes, voy a ayudarte!" -dijo Clara, decidida.

Utilizando unas ramas de las golosinas que crecían en los árboles, Clara logró deshacer la trampa.

"¡Gracias!" -dijo la ardilla, mientras libre volvía a saltar-. "Eres muy valiente y lista, Clara. ¿Te gustaría acompañarnos a la montaña de nubes?"

"Claro que sí!" -respondió Clara.

Y así, Clara emprendió un nuevo aventura con sus amigos donde aprendió sobre la importancia de la colaboración y la creatividad.

Al final del día, Clara regresó a la biblioteca.

"Hugo, esta aventura fue fantástica. Aprendí que, aunque todo parezca divertido, a veces hay obstáculos que debemos enfrentar. ¿Puedo volver?"

"Siempre que lo desees, Clara. Aquí, cada sueño te enseñará algo nuevo. Recuerda que la imaginación no tiene límites" -sonrió Hugo.

Y así, con el corazón lleno de historias y enseñanzas, Clara salió de la Biblioteca de los Sueños, lista para enfrentar cada nuevo día con valentía y creatividad.

Desde entonces, Clara visitó la biblioteca cada semana, cada vez eligiendo un nuevo libro que la llevaría a una nueva aventura llena de aprendizajes.

Y así, muchos niños comenzaron a descubrir la magia de la lectura y la imaginación, haciendo de la Biblioteca de los Sueños un lugar donde los sueños se mezclan con la realidad para crear un mundo mejor.

Fin.

FIN.

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