La biblioteca en la luna



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, dos amigos llamados Pedro y Lucía. Ambos eran muy curiosos y les encantaba leer todo tipo de libros.

Pasaban horas y horas en la biblioteca del pueblo, aprendiendo sobre diferentes temas y dejando volar su imaginación.

Un día, mientras leían un libro sobre el espacio, se les ocurrió una idea maravillosa: ¿qué pasaría si hubiera una biblioteca en la luna? Imaginaron lo emocionante que sería poder viajar hasta allí para descubrir nuevos libros y conocer a otros amantes de la lectura. Sin perder tiempo, Pedro y Lucía comenzaron a investigar cómo podrían hacer realidad su sueño.

Descubrieron que existía un cohete espacial construido por científicos argentinos que estaba listo para ser lanzado al espacio. Decididos a embarcarse en esta aventura única, los dos amigos fueron a visitar a los científicos para pedirles permiso para subirse al cohete.

Los científicos quedaron asombrados por la determinación de Pedro y Lucía, así que aceptaron llevarlos con ellos en su viaje hacia la luna. El día del lanzamiento finalmente llegó. Los motores rugieron mientras el cohete despegaba hacia el infinito cielo estrellado.

Pedro y Lucía estaban llenos de emoción ante la idea de estar tan cerca de cumplir su sueño. Después de un largo viaje lleno de risas e historias compartidas con los científicos, finalmente llegaron a la luna.

Al bajar del cohete, se encontraron con un paisaje sorprendente: montañas grises y polvorientas, cráteres enormes y un silencio abrumador. Sin embargo, no había tiempo para perder. Pedro y Lucía se adentraron en la luna en busca de su biblioteca soñada.

Después de caminar un rato, encontraron una puerta gigante en medio de una montaña lunar. Con curiosidad, la abrieron y quedaron maravillados al ver lo que había dentro. Era una biblioteca enorme, llena de libros flotantes y estanterías brillantes.

Había libros sobre todas las temáticas imaginables: ciencia ficción, historia antigua, cuentos fantásticos y mucho más. Pedro y Lucía no podían creerlo; habían encontrado su paraíso literario en la luna.

Mientras exploraban las diferentes secciones de la biblioteca lunar, conocieron a otros niños provenientes de distintos lugares del mundo que también habían viajado hasta allí por amor a los libros. Juntos compartieron sus historias favoritas y descubrieron nuevos autores. Pero pronto se dieron cuenta de que algo no estaba bien.

Los libros comenzaron a desaparecer misteriosamente de las estanterías. Pedro y Lucía decidieron investigar qué estaba pasando.

Siguiendo pistas por toda la biblioteca lunar, llegaron a un pequeño rincón escondido donde encontraron al culpable: era un extraterrestre travieso llamado Zoggo que quería llevarse todos los libros para él solo. Pedro y Lucía le explicaron amablemente a Zoggo lo importante que era compartir los libros con todos los demás niños del universo. Zoggo entendió el mensaje y prometió dejarlos tranquilos.

Con el problema resuelto, todos los niños de la biblioteca lunar siguieron disfrutando de sus libros favoritos y compartiendo sus aventuras literarias.

Pedro y Lucía se dieron cuenta de que, a pesar de estar lejos de casa, habían encontrado un lugar mágico en el que su pasión por la lectura podía crecer sin límites. Después de una increíble experiencia en la luna, nuestros amigos decidieron regresar a su pequeño pueblo en Argentina.

Aunque extrañaban la biblioteca lunar, sabían que siempre llevarían consigo el amor por los libros y las historias fascinantes que habían descubierto allá arriba.

Desde ese día, Pedro y Lucía se convirtieron en grandes defensores del poder de la lectura y comenzaron a organizar actividades para fomentarla en su comunidad. Juntos lograron crear una pequeña biblioteca local donde todos los niños del pueblo podían encontrar nuevos mundos entre las páginas.

Y así fue como dos amigos curiosos lograron cumplir su sueño gracias a su determinación y amor por los libros. La historia de Pedro y Lucía nos enseña que no hay límites para lo que podemos alcanzar si seguimos nuestros sueños con pasión y perseverancia.

FIN.

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