La biblioteca encantada
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde todos los habitantes se conocían entre sí. Pero un día, algo increíble sucedió: llegaron unos desconocidos a la plaza principal.
Los habitantes del pueblo estaban muy sorprendidos y curiosos por saber quiénes eran esas personas que habían aparecido de la nada. Los desconocidos eran una familia compuesta por papá, mamá y dos niños pequeños.
La familia de desconocidos se instaló en una vieja casa abandonada al otro lado del río. Los vecinos comenzaron a especular sobre ellos, algunos decían que eran magos y otros que eran extraterrestres. Pero nadie sabía realmente quiénes eran ni qué hacían allí.
Un día, Mateo, un niño aventurero y valiente del pueblo, decidió acercarse a la casa de los desconocidos para descubrir qué secretos guardaban. Cruzó el río sigilosamente y se acercó lentamente hacia la casa.
Cuando llegó a la puerta principal, Mateo escuchó risas y voces provenientes del interior. Decidió llamar tímidamente:- ¡Hola! ¿Hay alguien ahí? La puerta se abrió lentamente y apareció el papá de los niños desconocidos. - Hola, soy Mateo - dijo el niño con voz temblorosa -.
Me preguntaba si podríamos ser amigos... El papá sonrió amablemente y respondió:- Claro que sí, Mateo. Ven con nosotros. Mateo entró tímidamente en la casa y quedó maravillado al ver cómo era por dentro.
Estaba llena de libros, cuadros y objetos curiosos de diferentes lugares. Allí conoció a Sofía y Lucas, los niños desconocidos. Eran muy amables y se divirtieron juntos jugando en el jardín durante horas. Mateo descubrió que la familia había llegado al pueblo para abrir una biblioteca comunitaria.
- Queremos compartir el amor por los libros con todos ustedes - dijo la mamá de Sofía y Lucas -. La lectura puede transportarnos a mundos maravillosos y enseñarnos muchas cosas.
Mateo quedó asombrado por esta idea y decidió ayudar a la familia en su proyecto. Juntos, organizaron una gran inauguración para la biblioteca. Invitaron a todos los habitantes del pueblo, quienes se sorprendieron al ver cómo había cambiado la vieja casa abandonada.
La inauguración fue un éxito total. Los vecinos disfrutaron de cuentacuentos, talleres de arte y actividades relacionadas con la lectura. Pronto, Villa Esperanza se convirtió en un lugar lleno de cultura y conocimiento gracias a los desconocidos que habían llegado al pueblo.
Con el tiempo, Mateo, Sofía y Lucas se hicieron inseparables amigos. Aprendieron mucho unos de otros y compartieron momentos inolvidables en la biblioteca.
Así es como una historia que comenzó llena de misterio terminó convirtiéndose en una historia inspiradora sobre amistad, aprendizaje e intercambio cultural. Los desconocidos demostraron que no siempre hay que temer a lo nuevo o diferente, sino que podemos encontrar grandes tesoros cuando nos abrimos al mundo exterior.
Y así vivieron felices en Villa Esperanza, donde los desconocidos se convirtieron en una parte importante de la comunidad y todos aprendieron el valor de la amistad y la importancia de compartir conocimientos.
FIN.