La bicicleta del parque



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Juanito. Juanito era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, vio a un anciano reparando una bicicleta. "Buenos días señor, ¿qué está haciendo?" preguntó Juanito. "Hola joven, estoy arreglando esta bicicleta que tiene los cojinetes partidos" respondió el anciano. "¿Cojinetes partidos? ¿Eso es malo?" preguntó Juanito con curiosidad. "No necesariamente.

De hecho, en algunos casos los cojinetes partidos pueden ser mejores que los enteros" explicó el anciano. Juanito no entendía cómo algo roto podía ser mejor que algo completo. Pero decidió quedarse allí para aprender más sobre ello.

Mientras observaba al anciano trabajar en la bicicleta, este le explicaba detalladamente cómo funcionan los cojinetes y cómo su rotura puede permitir una mayor flexibilidad y adaptabilidad a ciertos movimientos. "¡Increíble! Nunca había pensado en eso antes" exclamó Juanito emocionado.

El anciano sonrió y le propuso a Juanito hacer juntos un experimento para demostrar su teoría. Juntos construyeron una pequeña maqueta de madera con cojinetes completos y otros con cojinetes partidos.

Luego probaron cada uno de ellos para ver cuál tenía mejor desempeño en diferentes situaciones. Resulta que ¡el anciano tenía razón! Los cojinetes partidos eran mucho más adaptables y resistentes ante diferentes fuerzas. Juanito estaba emocionado por haber aprendido algo nuevo y decidió aplicar este conocimiento en su vida diaria.

Empezó a ser más flexible con sus pensamientos y acciones, adaptándose mejor a las situaciones imprevistas que se le presentaban. "Gracias señor, aprendí mucho hoy" dijo Juanito mientras se despedía del anciano.

"De nada joven, siempre hay algo que aprender en la vida" respondió el anciano sonriendo. Desde ese día en adelante, Juanito nunca olvidaría la lección de los cojinetes partidos.

Aprendió que no todo lo roto es malo y que a veces puede ser incluso mejor que lo completo. Y así, siguió explorando el mundo con mente abierta y curiosa.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!