La bicicleta mágica de Estrella
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Estrella, un hermoso jardín de infantes donde los niños iban cada día a aprender y divertirse.
Los niños se levantaban temprano todas las mañanas para esperar el camión que los llevaría hasta la escuela. Un día soleado, mientras los niños esperaban ansiosos la llegada del camión, algo inesperado sucedió. El camión de transporte se averió y no podría llevar a los pequeños al jardín de infantes.
Todos quedaron muy tristes y preocupados, sin saber cómo podrían llegar a tiempo. La directora del jardín de infantes, llamada Rosa, decidió buscar una solución rápida para que los niños no se perdieran ni un solo día de clases.
En ese momento, recordó que había visto una bicicleta antigua en el depósito del colegio. Rosa fue corriendo al depósito y encontró la bicicleta cubierta de polvo.
Pensó que era la única opción para poder transportar a todos los niños hasta el jardín de infantes. Entonces llamó a su amiga Lucía, quien era muy buena con las bicicletas y le pidió ayuda. Lucía acudió rápidamente al rescate y comenzaron a arreglar la antigua bicicleta.
Le pusieron nuevas ruedas, ajustaron el asiento y lo más importante: colocaron un gran remolque detrás donde podrían sentarse todos los niños.
Al día siguiente, cuando los niños llegaron al punto de encuentro habitual para tomar el camión, se sorprendieron al ver una enorme bicicleta brillante frente a ellos. No podían creerlo ¡habían encontrado una solución! Rosa y Lucía explicaron a los niños que esa sería su nueva forma de transporte hasta el jardín de infantes.
Todos se subieron al remolque con mucha emoción y comenzaron a pedalear. "-¡Vamos chicos, todos juntos! ¡A pedalear fuerte para llegar rápido!"- animó Rosa mientras daba vueltas alrededor de las calles del pueblo.
Los niños se reían y gritaban de alegría mientras recorrían las calles en su peculiar medio de transporte. Pasaron por la plaza del pueblo, donde saludaban a los vecinos que se sorprendían al verlos pasar en la gran bicicleta. El viaje en bicicleta resultó ser muy divertido y emocionante para todos.
Los niños disfrutaban del viento en sus caras y cantaban canciones mientras pedaleaban. Además, aprendieron sobre trabajo en equipo, ya que debían coordinarse para mantener el equilibrio y avanzar sin problemas.
Con el tiempo, la noticia sobre la increíble bicicleta llegó a oídos del dueño de una empresa de transporte local.
Quedó tan impresionado con la creatividad y valentía de Rosa, Lucía y los niños que decidió donar un camión nuevo especialmente diseñado para transportar a los pequeños hasta el jardín de infantes. Cuando los niños vieron llegar el flamante camión frente al jardín de infantes, no podían creerlo. Estaban felices por tener un medio seguro y cómodo para ir a clases cada día.
Desde ese día, los niños continuaron aprendiendo nuevas cosas en el jardín de infantes gracias al esfuerzo e ingenio demostrados por Rosa y Lucía. Aprendieron que, en momentos difíciles, siempre existe una solución si se trabaja en equipo y se busca con creatividad.
Y así, Estrella volvió a brillar como siempre, tanto en el jardín de infantes como en el corazón de todos los niños que aprendieron la importancia de no rendirse y siempre buscar soluciones a los problemas.
FIN.