La boda ardiente de Rodolfo



Había una vez en el bosque un ratón llamado Rodolfo, a quien le encantaba la cebolla. Desde pequeño, su mamá le preparaba deliciosas comidas con ese ingrediente tan especial que a él tanto le gustaba.

Un día, conoció a Rosita, una ratoncita muy dulce y cariñosa que se robó su corazón. Rodolfo y Rosita decidieron casarse y organizaron una hermosa boda en el claro del bosque.

Todos los animales del lugar estaban invitados y había mucha alegría en el ambiente. La ceremonia fue preciosa y la fiesta estaba por comenzar.

En la celebración, sirvieron un exquisito caldo de res con mucha cebolla, ¡el plato favorito de Rodolfo! El olor era irresistible y a pesar de estar lleno de emociones por su gran día, no pudo resistir la tentación de probar un trozo más de cebolla antes de que todos se sentaran a la mesa. Corrió hacia la cocina con ansias pero en medio del apuro...

¡ZAZ! ¡Cayó dentro de la olla humeante! Su esposa Rosita lo vio desde lejos y comenzó a llorar desconsoladamente al verlo en apuros. "¡Rodolfo! ¿Estás bien? ¡No te muevas!"- gritaba Rosita mientras intentaba ayudarlo sin éxito.

El resto de los invitados se acercaron alarmados al escuchar los sollozos de Rosita. Entre todos lograron sacar a Rodolfo sano y salvo de la olla caliente.

Aunque estaba un poco asustado por lo ocurrido, Rodolfo sonrió para tranquilizar a su amada esposa. "Tranquila, mi amor. Estoy bien gracias a ti y nuestros amigos"- dijo Rodolfo abrazando tiernamente a Rosita. La fiesta continuó con música y baile, todos felices por el final feliz luego del susto vivido.

Rodolfo aprendió esa noche que es importante controlar sus impulsos incluso cuando tiene mucha hambre; no quería volver a preocupar así nunca más a su amada esposa ni ponerse en peligro innecesariamente.

Desde entonces, cada vez que recordaban esa divertida anécdota, Rodolfo prometía ser más cuidadoso e intentaban siempre reír juntos para superar cualquier obstáculo que se les presentara en el camino.

Y así vivieron felices para siempre disfrutando juntos las comidas sin cebolla pero llenas de amor incondicional entre ellos dos.

FIN.

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