La brigada anti-dengue de Lucía



En el Colegio Jesús Nazareno se vivía un ambiente de alegría y entusiasmo. Los niños corrían por los pasillos, reían a carcajadas en el recreo y aprendían cada día algo nuevo de la mano de sus queridos maestros.

Entre ellos, se destacaba el profesor Junior Machuca, conocido por su pasión por la enseñanza y su cercanía con los alumnos.

Un día, sin embargo, una noticia triste llegó al colegio: varios casos de dengue se habían detectado en la zona. El director del colegio convocó a una reunión urgente para informar a todo el personal sobre las medidas preventivas que debían tomar para evitar la propagación de la enfermedad.

"Chicos, es muy importante que estemos atentos y cuidemos nuestra salud en todo momento", les dijo el director a los estudiantes en formación en el patio central del colegio. "El dengue es una enfermedad seria que puede afectarnos a todos si no tomamos las precauciones necesarias".

Los niños escuchaban con atención, pero algunos de ellos parecían preocupados. Entre ellos estaba Lucía, una niña curiosa y valiente que siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.

Esa misma tarde, mientras jugaba en el patio del colegio, Lucía vio al profesor Junior Machuca sentado en un banco con gesto pensativo. "¿Qué te pasa, profe? ¿Estás bien?", preguntó Lucía acercándose a él.

Junior suspiró y le explicó que estaba preocupado por la situación del dengue y cómo podía afectar a la comunidad educativa. "No te preocupes, profe. ¡Vamos a encontrar una solución juntos!", exclamó Lucía con determinación. La niña propuso organizar una campaña de concientización sobre el dengue en el colegio.

Con la ayuda de sus compañeros y otros docentes comprometidos, prepararon carteles informativos, charlas educativas y actividades lúdicas para enseñar a todos cómo prevenir la enfermedad. La energía positiva de los niños era contagiosa y pronto toda la escuela se sumó a la iniciativa.

El patio se llenó de coloridos carteles hechos por los alumnos con mensajes como "¡Juntos contra el dengue!" o "Cuidemos nuestro hogar".

El trabajo en equipo dio sus frutos cuando empezaron a verse cambios positivos: los recipientes con agua estancada desaparecieron, se fumigaron las áreas comunes del colegio y todos aprendieron a reconocer los síntomas del dengue para actuar rápidamente si era necesario.

Con el paso de las semanas, los casos de dengue disminuyeron tanto en el colegio como en toda la comunidad. La solidaridad y responsabilidad demostradas por los estudiantes dejaron una huella imborrable en sus corazones y les enseñaron que juntos pueden superar cualquier desafío que se les presente.

Y así, gracias al esfuerzo conjunto de todos, el Colegio Jesús Nazareno logró enfrentar con éxito la amenaza del dengue y salir más fortalecido como comunidad educativa.

FIN.

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