La Bruja Amigable y los Defensores de la Diversidad



Había una vez una nena llamada Sara que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Un día, decidió aventurarse en el bosque con sus dos hermanos mayores, Martín y Laura.

Mientras caminaban entre los árboles altos y frondosos, llegaron a un claro donde se alzaba un castillo antiguo y misterioso. Parecía abandonado y envuelto en sombras. Aunque sintieron un poco de miedo, su curiosidad les ganó y decidieron explorarlo.

Al entrar al castillo, se encontraron con una sorpresa inesperada. Una bruja amigable los recibió con una sonrisa cálida y amable. La bruja se llamaba Agustina y era diferente a todas las historias que habían escuchado sobre brujas malvadas.

"¡Hola! Soy la Bruja Agustina", dijo la bruja mientras agitaba su varita mágica. "¿Qué hacen por aquí?"Sara, Martín y Laura quedaron sorprendidos ante la amabilidad de Agustina. Le contaron cómo habían encontrado el castillo embrujado y cómo estaban buscando aventuras emocionantes.

Agustina rió con alegría y les ofreció ser su guía por el castillo encantado. Los llevó a través de pasadizos secretos, habitaciones llenas de tesoros antiguos e incluso les mostró su biblioteca llena de libros mágicos.

Después de explorar durante horas, todos sintieron hambre. Agustina invitó a Sara, Martín y Laura a cenar en su cocina encantada. Allí prepararon una deliciosa comida con ingredientes mágicos y compartieron historias divertidas.

Mientras cenaban, Agustina les contó que ser diferente no significa ser malo. Explicó que las brujas pueden usar su magia para hacer el bien y ayudar a los demás.

Les enseñó que la verdadera amistad se basa en aceptar a las personas tal como son y no juzgarlas por su apariencia o habilidades. Después de la cena, Sara, Martín y Laura se despidieron de Agustina con un abrazo cálido. Se prometieron visitarse nuevamente y mantener viva su amistad especial.

A medida que regresaban a casa, los tres hermanos reflexionaron sobre todo lo aprendido en su aventura con la Bruja Agustina. Comprendieron que es importante ser amables y abiertos de mente hacia aquellos que son diferentes a nosotros.

Desde ese día, Sara, Martín y Laura se convirtieron en defensores de la inclusión y la diversidad en su comunidad. Inspirados por su encuentro con la Bruja Agustina, enseñaron a otros niños sobre el valor de aceptar a todos sin prejuicios ni estereotipos.

Y así, gracias a una bruja amigable llamada Agustina, estos hermanos descubrieron el poder de la amistad verdadera y cómo podemos cambiar nuestro mundo cuando nos abrimos al amor y respeto hacia los demás.

FIN.

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