La Bruja Lorena y el Hechizo del Amor
Érase una vez, en un reino lejano, una bruja llamada Lorena que vivía en un oscuro bosque. Lorena tenía una sonrisa encantadora, pero su corazón albergaba un profundo resentimiento. Desde su ventana, miraba el hermoso castillo donde vivía la Princesa Valentina, una joven dulce y amable, amada por todos en el reino.
Un día, mientras preparaba un hechizo en su caldero, Lorena decidió que quería venganza. Se decía que la princesa era tan querida que nadie prestaba atención a las cosas malas que ella hacía. Entonces, un plan comenzó a formarse en su mente.
"Si enveneno a la princesa, todos se darán cuenta de lo que es la verdadera crueldad" - murmuró Lorena mientras revolvía su caldero.
Sin embargo, en su corazón había una sombra de duda. Lorena sabía que el veneno no solo traería tristeza, sino que también podría acabar con la alegría de su querido bosque. Además, durante sus noches solitarias, había escuchado a los animales del bosque hablar maravillas de la princesa.
"Lorena, no lo hagas" - le dijo un pequeño zorro que había sido su amigo desde hace años. "La princesa ayuda a todos en el reino. ¿No podrías buscar una forma de hacer la paz en lugar de hacer mal?"
Primero, Lorena se enojó por las palabras del zorro, pero con el tiempo, comenzó a reflexionar.
"Tal vez, tal vez..." - murmuró para sí misma. "Pero, ¿cómo puedo conseguir eso? Nadie me respeta ni me quiere."
Días más tarde, mientras pensaba en su venganza, escuchó a la princesa cantando en el jardín del castillo. La melodía era tan hermosa que hizo que el corazón de Lorena temblara. Sin poder evitarlo, se asomó para escuchar mejor.
"¡Ay! Esta chica tiene una voz encantadora, pero aún así quiero que sufra un poco. ¿Qué tal un hechizo que le quite su voz?" - pensó Lorena.
En el jardín, la Princesa Valentina estaba rodeada de niños del pueblo que la adoraban. Ella les decía:
"Recuerden, ser amables es la verdadera magia. La bondad puede cambiar el mundo".
Cada palabra que la princesa pronunciaba llenaba el aire de luz, y algo dentro de Lorena comenzó a cambiar. La rabia que había acumulado en su corazón se desvaneció poco a poco. Lorena se dio cuenta que lo que realmente deseaba era ser aceptada y querida, no causar dolor.
Al caer la noche, Lorena fue al jardín, esta vez no para hacer daño, sino para confesar su verdad. Sin embargo, justo cuando se acercaba, un grupo de aldeanos empezó a hablar sobre una gran tormenta que se acercaba al castillo.
"La tormenta va a ser muy fuerte y podría dañar a la princesa y a todos en el castillo" - dijo un anciano.
Lorena sintió un nudo en el estómago.
"¡Es mi oportunidad para hacer algo bueno!" - decidió, comprendiendo que había más alegría en ayudar que en hacer sufrir a otros.
Con su magia, invocó un hechizo protector alrededor del castillo. Cuando la tormenta llegó, todos los habitantes del castillo se sintieron seguros gracias a la bruja, que en el fondo se había convertido en un ser amable.
Al día siguiente, la Princesa Valentina, al enterarse de lo que había hecho Lorena, decidió ir a buscarla.
"¡Bruja Lorena!" - llamó Valentina al llegar al bosque.
Lorena salió del bosque, nerviosa, pero con el corazón latiendo de esperanza.
"¿Me buscas, princesa?" - dijo Lorena, sintiendo un poco de miedo.
"Sí, me han contado sobre tu magia. Quiero agradecerte. Pero, ¿por qué te escondías?" - preguntó la princesa, acercándose con una sonrisa.
"Pensé que nadie podría quererme, que todos solo verían a una bruja malvada" - confesó Lorena.
Con ojos cálidos, la princesa le respondió:
"Lo que importa es lo que tenemos en el corazón. Te invito a que formes parte de nuestra comunidad."
Desde ese día, Lorena, la bruja, dejó de ser temida y comenzó a ser amada. Se transformó en la protectora del reino, ayudando junto a la Princesa Valentina a propagar actos de bondad y amor, demostrando que a veces las apariencias engañan y que todos merecen una segunda oportunidad. Y así, siempre recordaron que lo más importante no es la magia en sí, sino la magia de la bondad en nuestros corazones.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.