La Brujita Coloreada



Había una vez, en un bosque encantado, una pequeña brujita llamada Lola. Lola no era como las otras brujas. En lugar de un sombrero puntiagudo y un vestido negro, ella llevaba un sombrero rojo brillante y un vestido azul celeste lleno de estrellas doradas.

Un día, mientras Lola recolectaba flores mágicas para hacer su poción de alegría, escuchó un llanto proveniente de un arbusto cercano. Intrigada, se acercó y encontró a un pequeño conejo llorando.

"¿Por qué lloras, pequeño conejo?" - preguntó Lola con la voz suave como el viento.

"He perdido a mi mamá y no sé cómo regresar a casa" - sollozó el conejito.

Lola, con su gran corazón, decidió ayudar al conejito a encontrar a su mamá. "¡No te preocupes! Te ayudaré a buscarla. Soy Lola, la brujita coloreada, y juntos lo lograremos!"

La brujita y el conejito comenzaron su aventura por el bosque. Fueron preguntando a los árboles, a las flores y a los pájaros si habían visto a la mamá conejo. Todos los habitantes del bosque se unieron a ellos, llenando el aire de esperanza y risas.

Después de mucho buscar y no encontrar nada, se sentaron a descansar bajo un gran roble.

"Quizás no la encontremos nunca" - dijo el conejito, mientras sus orejas caían tristes.

Lola decidió entonces hacer algo especial. "Voy a usar un poco de mi magia para hacer una señal. ¡Magia de alegría!" - dijo mientras agitaba su varita. Unas chispas de colores salieron de la varita y formaron un hermoso arcoíris en el cielo.

"¿Qué es eso?" - preguntó sorprendido el conejo.

"Es mi forma de llamar a tu mamá. Si ella está cerca, seguro vendrá a buscarte" - respondió Lola.

Y efectivamente, al poco tiempo, la mamá conejo apareció, atraída por el arcoíris de luz.

"¡Oh, mi pequeño! Estaba tan preocupada por ti!" - exclamó la mamá con alegría.

"Gracias, Lola. Has hecho un gran trabajo" - dijo el conejito abrazando a su mamá.

"Recuerda siempre que la amistad y la alegría son la mejor magia de todas" - le sonrió Lola, sintiendo el calor en su corazón.

Pero la historia no termina ahí. Al regresar a su casa, la brujita encontró que sus colores habían brillado aún más intensamente. El sombrero rojo y las estrellas en su vestido centelleaban como nunca.

Un día, mientras paseaba, vio a un grupo de animales tristes. "¿Qué sucede, amigos?" - preguntó curiosa.

"No podemos jugar porque no hay música y nos sentimos solos" - dijo un pajarito.

Lola decidió organizar un baile mágico. "¡No se preocupen! Puedo hacer que la música suene solo con un poco de magia de alegría" - dijo emocionada.

Agitó su varita y comenzó a bailar. Al poco tiempo, una melodía hermosa llenó el aire. Los animales se unieron a la fiesta, riendo y saltando felices.

"¡Esto es fabuloso!" - gritó el pajarito mientras giraba.

Lo que empezó como un día triste se convirtió en una celebración llena de alegría y colores. Desde ese día, Lola decidió que siempre usaría su magia para hacer sonreír a los demás.

Así, la brujita coloreada se ganó el corazón del bosque y todos los que vivían allí. Y cada vez que alguien se sentía triste, solo debía mirar al cielo y ver el brillo del sombrero de Lola para recordar que siempre había una razón para sonreír.

Y así, la magia de la amistad, la alegría y la creatividad de Lola iluminaron el bosque para siempre.

FIN.

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