La Brujita y el Conejo en el Bosque Encantado
Había una vez en un bosque encantado, una pequeña brujita llamada Brujita. A pesar de ser muy inteligente y habilidosa en la magia, tenía un gran problema: era tremendamente distraída.
Un día, mientras paseaba por el bosque buscando ingredientes para su próximo hechizo, se encontró con un conejo muy amable que le preguntó:- ¿Qué haces por aquí Brujita? - Estoy buscando algunos ingredientes para mi próxima poción mágica - respondió distraídamente Brujita.
- ¡Ah! Yo conozco el bosque como la palma de mi mano. Puedo ayudarte a encontrar lo que necesitas - ofreció el conejo. Brujita aceptó encantada y juntos comenzaron su búsqueda por el bosque.
Mientras caminaban, Brujita estaba tan distraída mirando las nubes que no prestaba atención al camino y tropezó con una rama. El conejo la ayudó a levantarse y le dijo:- Debes prestar más atención al camino, así evitarás caídas innecesarias. Brujita se sintió avergonzada pero agradecida por el consejo del conejo.
Continuaron caminando hasta que encontraron los ingredientes necesarios para la poción mágica de Brujita. De regreso a casa, Brujita seguía pensando en lo que le había dicho el conejo sobre prestar atención al camino.
Decidió poner en práctica ese consejo y empezó a notar cosas nuevas en el bosque: flores hermosas que antes no había visto, animales jugando entre los árboles e incluso descubrió un nuevo camino que nunca había explorado antes.
Con el tiempo, Brujita se convirtió en una experta del bosque y sus pociones mágicas mejoraron gracias a su capacidad de concentración.
Aprendió que prestar atención al camino no solo la ayudaba a evitar caídas innecesarias, sino que también le permitía descubrir cosas nuevas y emocionantes sobre el mundo a su alrededor. Desde entonces, Brujita siempre prestó atención al camino y nunca volvió a tropezar por distraída.
Y aunque aún era un poco despistada de vez en cuando, se había convertido en una brujita muy sabia gracias a la ayuda del conejo y su consejo. Fin.
FIN.