La búsqueda de Ana



João Vitor estaba muy emocionado por su viaje a España junto a su amiga Ana Maria. Habían planeado este viaje durante meses y finalmente habían llegado al país europeo.

- ¡Qué emoción estar aquí en España! -dijo João Vitor mientras caminaban por las calles de Madrid. - Sí, es realmente hermoso -respondió Ana Maria con una sonrisa. Pero de repente, cuando estaban en mitad del camino, Ana Maria desapareció sin dejar rastro.

João Vitor se preocupó mucho y comenzó a buscarla por todas partes. - ¿Ana? ¡Ana! ¿Dónde estás? -gritaba João Vitor mientras corría de un lado a otro buscándola. Pero no la encontraba por ningún lado.

Entonces decidió ir a la policía para pedir ayuda en su búsqueda. Los oficiales le pidieron detalles sobre el aspecto físico de Ana y dónde fue vista por última vez antes de desaparecer. João Vitor les dio toda la información que tenía, pero aún así no lograron encontrarla.

Frustrado y triste, decidió continuar con la búsqueda él solo. Comenzó a investigar los lugares que habían visitado juntos en Madrid y preguntarle a las personas si habían visto algo sospechoso o conocían alguna pista sobre ella.

Después de varios días intensos de búsqueda e investigación, João Vitor recibió una llamada anónima que lo llevó hasta un edificio abandonado en el centro de la ciudad.

Sin pensarlo dos veces, corrió hacia allí para ver si encontraba alguna pista sobre Ana María. Al llegar al edificio abandonado, João Vitor se encontró con una puerta cerrada. Usando sus habilidades de aventurero, logró abrir la puerta y entrar al edificio.

- Ana, ¿estás aquí? -preguntó en voz alta mientras caminaba por el oscuro edificio. De repente escuchó un ruido extraño que venía desde el sótano. Con mucho cuidado bajó las escaleras y allí encontró a Ana María atada y amordazada. - ¡Ana! -gritó João Vitor emocionado mientras la desataba.

Después de liberarla, ambos salieron del edificio juntos y llamaron a la policía para informarles sobre lo sucedido. Resulta que Ana había sido secuestrada por un grupo de delincuentes que buscaban extorsionarla por dinero.

Pero gracias a la valentía e inteligencia de João Vitor, ella fue rescatada sana y salva. Desde ese día en adelante, João Vitor aprendió una lección muy importante: nunca debemos subestimar nuestras habilidades como aventureros o exploradores.

Siempre podemos usarlas para hacer cosas increíbles y ayudar a los demás en momentos difíciles.

FIN.

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