La búsqueda de Choko


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos hermanos llamados Iñaki y Aitana. Ellos eran inseparables y compartían todo juntos, incluso tenían un perrito muy lindo que se llamaba Choko.

Un día, Iñaki y Aitana recibieron una invitación para ir a una fiesta muy especial. Estaban emocionados por asistir, pero había un problema: no podían llevar a Choko con ellos. Decidieron dejarlo en otra casa con una cuidadora amable y responsable.

La cuidadora prometió cuidar bien de Choko mientras ellos estuvieran fuera. Sin embargo, cuando llegaron a la fiesta, no podían evitar preocuparse por su querido perrito. Pensaron en él constantemente durante toda la noche.

Mientras tanto, Choko estaba inquieto en la casa desconocida. Extrañaba mucho a sus dueños y quería estar con ellos. Fue entonces cuando vio una oportunidad para escaparse y buscar a Iñaki y Aitana.

Choko abrió sigilosamente la puerta de la casa sin que nadie lo notara y salió corriendo hacia la parada de autobús más cercana. Allí esperó pacientemente hasta que llegó el siguiente autobús. El conductor del autobús quedó sorprendido al ver al pequeño perro subirse sin ninguna compañía humana.

Pero como era un buen hombre, decidió ayudar a Choko llevándolo hasta su destino final. Choko se sentó junto al conductor mientras disfrutaba del paisaje desde la ventana del autobús.

Miraba atentamente cada calle buscando algún indicio familiar que le mostrara el camino hacia su hogar. Finalmente, el autobús llegó a la parada más cercana a la casa de Iñaki y Aitana. Choko saltó emocionado del autobús y comenzó a correr lo más rápido que podía hacia su hogar.

Cuando Choko llegó a su casa, encontró la puerta abierta y entró sin pensarlo dos veces. Allí estaban Iñaki y Aitana, quienes se sorprendieron al ver a su perrito tan valiente y decidido.

"¡Choko! ¡Estás aquí!" exclamaron los hermanos emocionados mientras abrazaban cariñosamente al pequeño perro. Choko les ladraba felizmente, como si quisiera contarles todas las aventuras que había vivido para llegar hasta allí.

Iñaki y Aitana se dieron cuenta de lo valiente e inteligente que era su querido perrito. Desde aquel día, Iñaki y Aitana nunca volvieron a dejar solo a Choko en una casa desconocida. Comprendieron lo importante que era para él estar cerca de su familia. A partir de ese momento, los tres eran inseparables.

Juntos disfrutaban de largos paseos por el parque, juegos divertidos en el jardín e incluso dormían todos juntos en la misma habitación.

La historia de Choko enseña una lección importante: el amor incondicional entre un animal y sus dueños es algo especial. También nos muestra que debemos valorar siempre nuestra familia y hacer todo lo posible por estar junto a ellos.

Y así, Choko vivió felizmente con Iñaki y Aitana durante muchos años, llenando sus vidas de alegría y amor incondicional cada día.

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