La búsqueda de Eloisa


Eloisa era una caballita muy feliz y sociable. Le encantaba jugar con sus amigos en el prado, correr por los campos y disfrutar del sol. Pero un día, algo extraño sucedió.

Eloisa se levantó temprano como de costumbre y salió al campo para encontrarse con sus amigos. Sin embargo, cuando llegó allí, se dio cuenta que todos habían desaparecido. "¿Dónde están mis amigos?"- preguntó Eloisa a los demás animales del campo.

"No lo sabemos", respondieron las vacas. "Tuvieron que irse temprano", dijo la oveja. Pero Eloisa no estaba convencida. Sabía que algo andaba mal. Así que decidió salir a buscarlos por sí misma.

Mientras caminaba por el bosque, Eloisa se topó con un grupo de caballos desconocidos. Inmediatamente comenzaron a burlarse de ella por ser diferente a ellos. "¡Mira ese pelaje tan raro!", se rió uno de ellos. "¿Qué hace aquí esa pequeña?", preguntó otro mientras reía fuerte.

Eloisa se sintió triste e incomprendida pero no perdió la esperanza de encontrar a sus amigos y regresar al prado donde todo era normal y divertido.

Siguiendo su instinto, Eloisa continuo caminando hasta llegar a una granja cercana donde vio un grupo de caballos jugando en un corral. Para su sorpresa, eran sus amigos desaparecidos!"¡Amigos! ¡Amigos! ¿Cómo llegaron aquí?"- exclamó emocionada EloisaLos amigos le explicaron que habían sido capturados por un granjero que quería venderlos.

Pero, gracias a la astucia de uno de ellos, lograron escapar y regresar al corral. Eloisa se sintió aliviada y feliz de haber encontrado a sus amigos.

Pero también aprendió una valiosa lección sobre la importancia de confiar en su instinto y no dejarse intimidar por las diferencias. "No importa si somos diferentes o si alguien nos critica por eso", dijo Eloisa sonriendo.

"Lo importante es ser fieles a nosotros mismos y tener el valor de luchar por lo que queremos". Desde ese día, Eloisa se convirtió en una líder entre los animales del campo y todos la admiraban por su valentía e inteligencia. Y juntos, disfrutaron de muchas tardes felices jugando en el prado sin temor alguno.

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