La búsqueda de Juan
Había una vez en los Andes argentinos un niño llamado Juan, quien vivía en una pequeña aldea junto a su familia.
Juan era un niño muy feliz y lleno de vida, pero últimamente estaba triste porque su hermana menor estaba enferma. Los médicos habían dicho que la enfermedad de su hermana era incurable y que no había nada más que pudieran hacer por ella.
Juan se sentía impotente y triste al ver a su hermana cada día más débil. Un día, mientras caminaba por las montañas cerca de su casa, Juan vio algo moviéndose entre las rocas. Se acercó con curiosidad y descubrió una pequeña criatura andina escondida detrás de unas piedras.
La criatura le habló a Juan en un idioma extraño, pero él pudo entenderla perfectamente. Le dijo que tenía el poder de curar cualquier enfermedad con una hierba especial que crecía en la cima de la montaña más alta.
Juan decidió ir en busca de esa hierba para curar a su hermana, pero sabía que tendría obstáculos por delante. La montaña era peligrosa y estaba llena de trampas mortales para aquellos que no conocían el camino.
Con valentía y determinación, Juan comenzó su viaje hacia la cima de la montaña. En el camino se encontró con otros animales andinos como llamas y cóndores, quienes le ayudaron a superar algunos obstáculos.
Pero también tuvo que enfrentarse a peligrosos desprendimientos de rocas y tormentas eléctricas violentas. A pesar del miedo y las dificultades, Juan nunca perdió la esperanza y continuó subiendo. Finalmente, llegó a la cima de la montaña y encontró la hierba especial que necesitaba.
La criatura andina le explicó cómo prepararla y le dio instrucciones detalladas para llegar de vuelta a su aldea. Con la hierba en sus manos, Juan bajó rápidamente por la montaña y corrió hacia su casa para curar a su hermana.
Al llegar, preparó el remedio siguiendo las instrucciones cuidadosamente y se lo dio a su hermana. Poco a poco, los síntomas de la enfermedad comenzaron a desaparecer hasta que finalmente ella se recuperó completamente.
Todos en la aldea estaban asombrados por el milagroso poder curativo de esa hierba mágica. Juan aprendió una gran lección sobre la importancia de tener esperanza y perseverancia incluso cuando las cosas parecen imposibles.
Y desde ese día en adelante, siempre recordaría que no hay límites para lo que uno puede lograr si tiene fe en sí mismo.
FIN.