La búsqueda de la amistad verdadera


Había una vez un joven llamado Eleazar, quien acababa de cumplir 13 años y estaba emocionado por comenzar su etapa de adolescencia.

Siempre había sido un chico curioso y aventurero, y ahora quería probar cosas nuevas y hacer nuevos amigos. Un día, mientras caminaba por el parque, Eleazar se encontró con un grupo de chicos mayores que parecían muy divertidos. Se acercaron a él y le invitaron a unirse a ellos.

Emocionado por la idea de tener nuevos amigos, Eleazar aceptó sin pensarlo dos veces. "Hola, soy Pedro", dijo uno de los chicos mayores mientras extendía su mano hacia Eleazar. "Mucho gusto Pedro, yo soy Eleazar", respondió el joven estrechando la mano del nuevo amigo.

A medida que pasaba el tiempo, Eleazar comenzó a darse cuenta de que estos nuevos amigos no eran tan buenos como parecían. Empezaron a fumar cigarrillos y beber alcohol, algo que nunca había visto antes.

Al principio se sentía tentado a probar esas cosas para encajar en el grupo, pero sabía en su interior que eso no era lo correcto. Un día, mientras estaban juntos en una fiesta clandestina en una casa abandonada cerca del parque, llegó Luciana.

Ella era una chica hermosa de ojos brillantes y sonrisa encantadora. Apenas cruzaron miradas, ambos sintieron una conexión especial entre ellos. Luciana también tenía problemas con las malas influencias del grupo al que pertenecían sus supuestos amigos.

Ella siempre había sido consciente de lo importante que era cuidar su cuerpo y mantenerse alejada de las drogas y el alcohol. Un día, Eleazar decidió hablar con Luciana sobre sus preocupaciones.

Ambos estaban cansados de las malas influencias y querían cambiar su estilo de vida. Juntos buscaron actividades saludables que les permitieran divertirse sin poner en riesgo su bienestar. Así fue como se unieron a un grupo de teatro comunitario y descubrieron una pasión por la actuación.

Practicaban durante horas, ensayando obras de teatro y desarrollando nuevas habilidades. Con el tiempo, Eleazar y Luciana se dieron cuenta de que no necesitaban las malas influencias ni los vicios para sentirse aceptados o amados.

Encontraron verdaderos amigos en el teatro, quienes compartían sus mismos valores y sueños. Eleazar aprendió que es importante rodearse de personas positivas que lo apoyen y lo ayuden a crecer.

Aprendió a decir —"no"  cuando algo no era bueno para él, sin importar cuánto quisiera encajar en ciertos grupos. La historia de Eleazar nos enseña la importancia de tomar decisiones conscientes sobre nuestras amistades y nuestro estilo de vida. Nos muestra que siempre hay opciones saludables disponibles si estamos dispuestos a buscarlas.

Y así, Eleazar encontró su camino hacia la felicidad junto a Luciana y sus nuevos amigos del teatro.

Juntos demostraron al mundo que siempre es posible superar las malas influencias y vivir una vida plena llena de amor propio y respeto por uno mismo.

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