La Búsqueda de la Docena



En un rincón mágico y colorido del fondo del mar, vivían doce números que habían sido separados por una tormenta mágica. Eran el 1, el 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8, el 9, el 10, el 11 y el 12. Los números soñaban con volver a reunirse para formar una docena fuerte y feliz, pero su camino estaba lleno de aventuras y desafíos.

Una tarde, el número 1, que era muy valiente, decidió que era hora de buscar a sus amigos. Así que les dijo a las estrellas de mar:

"¡Chicas, necesito ayuda! Mis amigos se han perdido, y voy a encontrarlos, ¿me pueden guiar?"

"¡Claro!" dijo una estrella de mar, encendiendo sus luces. "Sólo sigue la corriente hacia el arrecife de coral."

El número 1 nadó con todas sus fuerzas. En el camino se encontró con el número 2, que estaba atrapado en un entramado de algas.

"¡Ayuda! No puedo salir de aquí!" lloraba el número 2.

"No te preocupes, amigo. Te ayudaré a soltarte. Juntos podemos hacerlo!" - afirmó el número 1.

Con la ayuda de un pez payaso, lograron liberar al número 2. Así, juntos continuaron su búsqueda. Poco más adelante encontraron al número 3, quien estaba triste mirando un cangrejo que había perdido su caparazón.

"¿Por qué estás tan triste?" preguntó el número 2.

"El cangrejo ya no tiene casa y no se siente seguro," respondió el número 3.

"Podemos ayudarlo a encontrar una nueva," sugirió el número 1.

Juntos, los tres números ayudaron al cangrejo a encontrar una concha más hermosa. El cangrejo agradecido se unió a su búsqueda:

"Soy parte del mar, ¡déjenme ayudarles también!"

Así, la aventura continuó, y poco a poco más números se fueron uniendo a ellos. Lucharon contra corrientes fuertes, salieron de laberintos de corales y ayudaron a otros animales marinos en el camino. Cada vez que uno de ellos se sentía desanimado, el resto lo animaba:

"¡Vamos, juntos somos más fuertes!"

Después de cansadas travesías, encontraron al número 4 atrapado en una jaula de algas.

"¡Socorro!" gritó el número 4.

"No temas, venimos a ayudarte!" dijeron todos al unísono. Usaron las habilidades que habían aprendido: el número 1 empujó, el 5 tiró y el 6 pensó en cómo liberarlo. Finalmente, el 4 quedó libre.

"¡Gracias!" exclamó el número 4. "Estaba tan asustado, pensé que nunca volvería a ver a mis amigos."

La jornada de búsqueda se tornaba cada vez más divertida, pero también agotadora. Después de promover tantas muestras de amistad, el número 5 sugirió:

"¿Y si hacemos una pausa y compartimos un bocado de alga fresca?"

"Sí!" gritaron todos.

Mientras disfrutaban de su comida, comenzaron a hablar de sus deseos. El número 6 les contó que su sueño era formar una gran familia de números.

"Siempre quise tener un lugar al que pertenezca. Ser parte de algo grande." dijo con nostalgia.

"Podemos ser esa familia," dijo el número 7. "Todos juntos, somos fuertes y felices."

Con cada bocado, los números se sentían más unidos. Pero la búsqueda aún no había terminado. Faltaban varios números por encontrar. Uno de ellos era el 12, quien se había aventurado en busca de un tesoro y se había perdido en el fondo del océano.

"Es importante que lo encontremos," explicó el número 8. "Sin el número 12, no podremos formar la docena."

Entonces, el grupo decidió dividirse para buscar más rápido. Cada uno tomó un rumbo, llenos de confianza. Después de un par de horas, el número 9 se topó con el 12 justo cuando estaba buscando la entrada a una cueva.

"¡Hola! ¡Te he encontrado!" gritó el número 9 emocionado.

"Pensé que estaba perdido para siempre," respondió el 12 con una sonrisa.

Juntos, nadaron de regreso donde los demás estaban esperándolos. Todos se abrazaron:

"¡Por fin somos todos!" exclamó el número 10, viendo a sus amigos reunirse como en los viejos tiempos.

"¡Ahora sí somos una docena!" celebró el número 11. Todos fueron a un lugar especial en el fondo del mar, donde la luz del sol brillaba a través del agua, y ahí decidieron construir su hogar.

Aprendieron que la verdadera fuerza estaba en la amistad y la colaboración. Desde ese día, los números se convirtieron en los mejores amigos y vivieron felices, disfrutando juntos cada aventura bajo el mar. Juntos, ya no sólo eran números, eran un equipo, una familia, una docena maravillosa, listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara en el futuro.

FIN.

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