La búsqueda de la estatua
Martina era una niña muy alegre y divertida que asistía al colegio Santa María. Tenía muchos amigos, pero su mejor amigo era Renzo. Juntos siempre se metían en aventuras y travesuras.
Un día, durante la clase de historia, la maestra Carolina les contó sobre una estatua de la Virgen María que se encontraba escondida en algún lugar del colegio. Martina, como líder natural que era, decidió que debían encontrarla.
- Chicos, ¿qué les parece si vamos en busca de la estatua? -preguntó Martina emocionada. - ¡Genial! -exclamaron sus amigos entusiasmados. Comenzaron a buscar por todo el colegio: en las aulas, el patio, los baños e incluso el comedor. Pero no encontraban nada.
- Esto es imposible -dijo Bruna con desánimo-. Hemos buscado por todas partes y no hemos encontrado nada. Pero Martina no se dio por vencida. Sabía que tenía un equipo increíble junto a ella y juntos podrían lograr cualquier cosa.
Decidieron volver a la clase de historia para pedirle más pistas a la maestra Carolina. Ella les dijo que había sido vista por última vez cerca del jardín botánico del colegio.
Cuando llegaron al jardín botánico se dieron cuenta de que habría muchas estatuas allí y no sabían cuál podría ser la correcta. Entonces Federica tuvo una idea brillante:- Tal vez deberíamos preguntarle al jardinero si ha visto algo extraño últimamente.
Fueron a buscar al jardinero y le preguntaron si había visto algo extraño. Él les contó que había visto una estatua de la Virgen en el invernadero, pero que no sabía si era la correcta.
Cuando llegaron al invernadero vieron a la estatua y supieron que habían encontrado lo que buscaban. Martina se sintió muy orgullosa de su equipo y les agradeció por ayudarla a encontrarla. - ¡Lo logramos! -gritó Martina emocionada-. Gracias chicos, son los mejores amigos del mundo.
Desde ese día, Martina y sus amigos nunca olvidarían esa aventura en busca de la estatua escondida. Aprendieron que juntos podían enfrentar cualquier desafío y siempre estar ahí el uno para el otro.
FIN.