La búsqueda de la felicidad interior
Había una vez un mundo en el que todos los animales eran felices. Los pájaros cantaban melodías hermosas, los conejos saltaban de alegría y las mariposas revoloteaban por doquier.
Pero lo que más destacaba era la sonrisa eterna en los rostros de todos los animales. Un día, la noticia se extendió como reguero de pólvora: había aparecido una planta mágica llamada —"felis" . Esta planta tenía el poder de hacer a cualquier animal feliz para siempre.
Todos estaban emocionados por probarla y experimentar su efecto. Así fue como el león, el rey de la selva, decidió convocar a una reunión con todos los animales del bosque para anunciarles sobre esta planta milagrosa. "¡Atención! -rugió el león-.
He oído hablar de una planta mágica llamada —"felis" , que promete hacernos felices a todos para siempre. ¿Alguien ha tenido la oportunidad de probarla?"Nadie había probado esa planta aún, pero todos estaban ansiosos por hacerlo.
"Yo quiero ser feliz", dijo un pequeño ratón con voz temblorosa. "Pues entonces debemos salir juntos a buscarla", respondió el león entusiasmado. Y así comenzó la búsqueda del felis.
Todos los animales caminaron juntos hacia un lugar desconocido en busca del tesoro más preciado: la felicidad eterna. Después de varios días caminando sin descanso, finalmente encontraron la planta mágica y comenzaron a comérsela uno tras otro.
Y, en efecto, la planta hacía su magia: los animales comenzaron a sentirse felices y contentos sin importar nada más. "Esta planta es increíble", exclamó una jirafa saltando de alegría. "Nunca había sentido tanta felicidad", dijo un pequeño erizo con lágrimas en los ojos.
Pero pronto comenzaron a notarse algunos cambios extraños en el comportamiento de los animales. El león se volvió egoísta y no permitió que otros animales compartieran la planta. Los conejos se volvieron perezosos y dejaron de saltar y correr por el bosque.
Las mariposas perdieron su belleza al no tener que trabajar duro para alimentarse. La situación era alarmante, pero nadie sabía cómo detenerlo. Hasta que un día, apareció una anciana tortuga sabia que les enseñó algo muy importante:"Queridos amigos -dijo la tortuga-.
La verdadera felicidad no viene de afuera, sino del interior de cada uno de nosotros". Los animales se dieron cuenta de que habían estado buscando la felicidad equivocada todo este tiempo.
No necesitaban plantas mágicas ni cosas externas para ser felices; lo único que necesitaban era buscar dentro de sí mismos y encontrar aquello que realmente les hacía feliz.
A partir de ese momento, todos los animales aprendieron a valorar las pequeñas cosas cotidianas como compartir momentos con amigos o disfrutar del sol sobre sus pieles peludas. Y así fue como el mundo volvió a ser feliz nuevamente gracias al poder interno de cada animal y su capacidad para encontrar la verdadera felicidad en sí mismos.
FIN.