La búsqueda de la Hoja Mágica


Había una vez un elefante llamado Glu, quien era muy glotón. Le encantaba comer todo lo que encontraba a su paso, desde frutas y verduras hasta insectos y pequeños animales.

Su apetito era tan grande que siempre se quedaba con hambre después de cada comida. Un día, mientras caminaba por la selva en busca de más comida, Glu encontró un árbol lleno de deliciosas manzanas rojas. Sin pensarlo dos veces, empezó a comerlas todas sin parar.

Pero cuando llegó al final del árbol, notó algo extraño: su trompa había crecido tanto que ya no podía moverla bien. Asustado, Glu corrió hacia el río para ver su reflejo en el agua.

Allí descubrió que su trompa se había convertido en una enorme serpiente con escamas brillantes. "¡Oh no! ¿Qué me ha pasado?", gritó desesperado. De repente, apareció ante él un sabio búho llamado Hootie. "¿Qué te pasa amigo?", preguntó Hootie preocupado.

"Glu explicó lo que le había ocurrido y cómo estaba muy asustado por la transformación de su trompa".

Hootie reflexionó durante unos minutos y luego dijo: "Creo saber qué ha pasado aquí; has comido demasiadas manzanas rojas y eso te ha causado esta transformación". "¿Cómo puedo solucionarlo?" preguntó Glu angustiado. "Necesitas encontrar una planta llamada "Hoja Mágica" para revertir la transformación", respondió Hootie sabiamente. Glu salió corriendo en busca de la Hoja Mágica, pero no sabía dónde encontrarla.

En su camino se encontró con varios animales que intentaron ayudarlo, pero ninguno conocía el paradero de la planta mágica. Finalmente, después de días de búsqueda incansable, Glu se topó con un pequeño ratón llamado Squeaky.

"He oído hablar de la Hoja Mágica", dijo Squeaky. "Crece en lo alto de una montaña muy lejana".

Glu estaba agotado y desanimado por el largo viaje que tenía por delante, pero decidió seguir adelante para salvar su trompa y volver a ser un elefante normal. Después de semanas de caminar y escalar la montaña más alta que jamás había visto, Glu finalmente encontró la Hoja Mágica. Con mucha cautela, tomó una hoja y se la comió entera.

De repente, sintió una extraña sensación en su trompa y notó cómo volvía a su tamaño original. Al mirarse en el agua del río nuevamente vio que ya no era una serpiente sino un hermoso elefante como antes.

Lleno de alegría, Glu regresó a casa donde todos sus amigos lo esperaban ansiosos para verlo recuperarse. Desde entonces aprendió a controlar su apetito glotón y nunca más comió sin medida.

La historia del elefante glu muy glotón enseñaba a los niños sobre los peligros del exceso al comer cualquier cosa sin controlar las cantidades adecuadas; también mostraba cómo es importante tener paciencia y perseverancia cuando enfrentamos problemas difíciles en nuestras vidas.

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