La búsqueda de la isla perdida



En una soleada mañana en las Islas Canarias, Yaiza y Néstor, dos valientes niños canarios, decidieron emprender una emocionante aventura en busca de la misteriosa isla perdida de San Borondón.

Equipados con sus mochilas llenas de provisiones y mucha curiosidad, partieron rumbo al mar en un pequeño bote.

Al llegar a la primera isla, se encontraron con un simpático lagarto canario que les dijo: "-¡Hola! ¿En qué puedo ayudarlos?" Sorprendidos por poder hablar con animales, le contaron sobre su búsqueda de San Borondón. El lagarto les indicó el camino correcto y les deseó buena suerte en su travesía. Navegando hacia la siguiente isla, avistaron a lo lejos a un majestuoso águila pescadora canaria.

Se acercaron con cuidado y le preguntaron si sabía algo sobre San Borondón. El águila les respondió: "-Claro que sí, mis amigos. Siguiendo las estrellas al atardecer llegarán a su destino.

" Con esta invaluable información, continuaron su viaje llena de esperanza. En otra isla se toparon con un travieso camaleón canario que los desafió a encontrarlo entre los colores del arcoíris para revelarles un secreto sobre San Borondón.

Después de divertirse buscándolo entre la vegetación multicolor, el camaleón les dijo: "-San Borondón esconde sus secretos en las cuevas más profundas del océano. " Agradecidos por la pista, se despidieron del amigable reptil y zarparon hacia aguas más profundas.

Mientras navegaban entre las olas turbulentas, divisaron una colonia de delfines canarios que nadaban juguetonamente cerca de ellos. Al acercarse, los delfines rodearon el bote y comenzaron a comunicarse con silbidos melodiosos. "-¡Bienvenidos exploradores! Sabemos que buscan San Borondón.

Sigan el brillo de la luna llena hasta alcanzar su destino", les dijeron antes de desaparecer bajo las olas.

Guiados por los consejos de los animales canarios que habían conocido en su travesía, Yaiza y Néstor finalmente avistaron a lo lejos una isla cubierta por neblina mágica: ¡San Borondón! Al pisar tierra firme sintieron una energía especial recorrer sus cuerpos mientras descubrían tesoros naturales únicos y paisajes increíbles.

Desde entonces, Yaiza y Néstor regresan periódicamente a San Borondón para aprender más sobre la historia ancestral de las Islas Canarias y compartir nuevas aventuras junto a sus amigos animales. Su valentía y determinación para descubrir nuevos horizontes inspiran a todos los habitantes del archipiélago canario a seguir explorando y preservando la belleza natural que los rodea.

FIN.

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