La búsqueda de la planta sanadora
Hace mucho tiempo, en un mundo muy diferente al que conocemos hoy, hubo una gran catástrofe que lo cambió todo. Fue como si la Tierra hubiera temblado con fuerza y destruido todo a su paso.
Los edificios se derrumbaron y las carreteras quedaron destrozadas. La luz del sol no brillaba con tanta intensidad como antes y el aire era difícil de respirar. Pero a pesar de todo esto, algunos seres vivos sobrevivieron.
Entre ellos había unos animales muy especiales llamados —"girafalos" . Estos eran una mezcla entre jirafas y elefantes, con un cuello largo y fuerte para alcanzar las hojas más altas de los árboles, pero también unas grandes orejas para escuchar cualquier peligro cercano.
Los girafalos vivían en pequeñas comunidades donde trabajaban juntos para encontrar comida y construir refugios seguros. Entre ellos estaba Lila, una joven girafalo que siempre había sido muy curiosa e inquieta.
Un día, mientras exploraba el bosque cercano junto a su amigo Pipo, se encontraron con algo que nunca habían visto antes: una pequeña planta verde creciendo sobre un montón de tierra oscura. - ¡Mira Pipo! -exclamó Lila-. ¿Qué es eso? - No tengo idea -respondió Pipo-.
Pero parece algo importante. Lila sabía que debían llevar esa planta a su comunidad para averiguar más sobre ella. Así que la colocaron cuidadosamente en sus espaldas y comenzaron a caminar hacia casa.
Pero cuando llegaron allí, descubrieron que la planta era más importante de lo que pensaban. Los ancianos de la comunidad les explicaron que esa planta podía ser la clave para mejorar el aire y hacerlo más fácil de respirar.
Lila y Pipo se sintieron muy orgullosos por haber encontrado algo tan valioso. Así que decidieron ir en busca de más plantas como esa para ayudar a su mundo a recuperarse. Pero no todo fue fácil en su búsqueda.
Encontraron muchos peligros en el camino, desde animales salvajes hasta otros seres vivos hostiles. Pero Lila nunca perdió la esperanza ni dejó de buscar nuevas formas de superar los obstáculos. Finalmente, después de mucho esfuerzo, lograron encontrar suficientes plantas para comenzar un jardín comunitario.
Todos trabajaron juntos para sembrarlas y cuidarlas con amor. Con el tiempo, las plantas crecieron fuertes y saludables. Y gracias a ellas, el aire se volvió más fresco y limpio otra vez.
Los girafalos pudieron respirar con facilidad y sentirse mejor cada día. Lila aprendió una gran lección sobre perseverancia y trabajo en equipo. Descubrió que incluso cuando las cosas parecen imposibles, siempre hay una manera de superarlo con esfuerzo y determinación.
Y así, gracias al valor e ingenio de Lila y sus amigos girafalos, el mundo siguió adelante hacia un futuro lleno de esperanza y posibilidades infinitas.
FIN.