La búsqueda de la silla perdida de José



José era un niño muy alegre y activo. Le encantaba jugar y siempre estaba rodeado de amigos. Sin embargo, un día llegó a la escuela y descubrió que su silla favorita había desaparecido. José estaba muy triste, ya que esa silla era especial para él.

El detective Manuel, un amigo de la familia, decidió investigar el caso. Él sabía que no era un caso común, así que reunió a Pamela, una niña muy astuta, y a Vinito, un perro detective muy inteligente. Juntos formaron un equipo para encontrar la silla perdida de José.

"No te preocupes José, vamos a encontrar tu silla", dijo el detective Manuel con determinación.

"Sí, vamos a buscar en todo el colegio", agregó Pamela emocionada.

"¡Guau, guau!", ladró Vinito, listo para empezar la búsqueda.

Comenzaron a buscar pistas por todas partes. El detective Manuel revisó el aula, Pamela inspeccionó el patio, y Vinito olfateó cada rincón. Fue Pamela quien encontró la primera pista: unas extrañas huellas en el suelo.

"Esto parece ser una pista importante", dijo el detective Manuel.

"Voy a seguir las huellas, tal vez nos lleven a la silla", sugirió Pamela.

El equipo siguió las huellas hasta llegar al salón de arte, donde encontraron a Lucas, un niño que siempre había envidiado la silla de José.

"¡Ahí está la silla de José! Lucas la quería para él", exclamó Pamela emocionada.

"¡Qué bravo, detective Manuel!", dijo Vinito moviendo la cola.

El detective Manuel habló con Lucas y le explicó que no está bien tomar las cosas de los demás. Lucas se disculpó y devolvió la silla a José.

José estaba muy contento de tener su silla de regreso. Agradeció al equipo por encontrarla y aprendió que la honestidad es muy importante. Desde ese día, la silla de José nunca volvió a desaparecer, y él la cuidaba mucho más. El detective Manuel, Pamela y Vinito demostraron que trabajando en equipo y siendo perseverantes, se pueden resolver los problemas.

Fin.

FIN.

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