La búsqueda de Lola
Había una vez una pequeña niña llamada Lola y su perro Spy, un travieso golden retriever. Les encantaba jugar juntos en el parque que estaba cerca de su casa.
Un día soleado, mientras corrían y se divertían persiguiéndose, de repente el cielo se oscureció y comenzaron a escucharse truenos a lo lejos. - ¡Spy, tenemos que irnos rápido a casa antes de que comience la tormenta! -exclamó Lola con preocupación.
Spy la miró con sus ojos brillantes y movió la cola, listo para seguirla a donde sea. Sin embargo, justo cuando Lola empezaba a correr hacia su hogar, un relámpago iluminó el cielo y un estruendo retumbante los asustó.
- ¡Vamos Spy! ¡Corre! -gritó Lola mientras aceleraba el paso. Pero en medio del caos y la prisa por llegar a salvo, Lola sin darse cuenta dejó atrás a su fiel amigo canino.
Cuando finalmente llegó a su casa empapada por la lluvia torrencial que había comenzado a caer, se dio cuenta de que Spy no estaba con ella. - ¡Oh no! ¡Me olvidé de Spy en el parque! -se lamentó entre lágrimas.
A pesar de tener miedo por la tormenta, Lola sabía que debía regresar al parque para buscar a Spy. Tomó un paraguas y salió corriendo nuevamente hacia afuera. La lluvia arreciaba con fuerza pero su determinación por encontrar a su amigo era más grande.
Cuando llegó al parque, vio con alivio que Spy estaba bajo un árbol mojado y tembloroso. Sin pensarlo dos veces, se acercó rápidamente a él y lo abrazó con fuerza. - ¡Spy! ¡Estás bien! Perdón por haberte dejado solo -se disculpó Lola acariciando a su perro.
Spy lamió las manos de Lola como si le dijera "está todo bien". Juntos regresaron corriendo bajo la lluvia hasta llegar seguros nuevamente a casa.
Una vez dentro, se secaron mutuamente con toallas calientes y se acurrucaron en el sofá frente al fuego crepitante. Desde ese día en adelante, Lola nunca más dejó sola a Spy durante una tormenta.
Aprendió la importancia de cuidar y proteger a sus seres queridos en todo momento, incluso cuando las circunstancias parecen difíciles o peligrosas. Y así, entre ladridos felices y risas contagiosas, Lola y Spy siguieron viviendo aventuras juntos bajo el sol o la lluvia; siempre unidos por un vínculo especial que nada ni nadie podría romper. Fin
FIN.