La búsqueda de los dueños



Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en un pequeño pueblo en Argentina. Un día, mientras paseaba por el parque, vio a lo lejos a un perrito solitario.

Lucas se acercó y notó que el perrito tenía unas lindas manchitas en su cuerpo. El niño se preocupó al ver al cachorro triste y solo, así que decidió acercarse con cuidado. El perrito levantó la cabeza y miró a Lucas con ojitos tristes.

Sin pensarlo dos veces, el niño le ofreció su mano para acariciarlo. "Hola amiguito, ¿estás perdido?"- preguntó Lucas con ternura. El perro movió la cola tímidamente y parecía asentir con la cabeza.

Parecía como si entendiera cada palabra que salía de los labios del niño. "No te preocupes, no estarás solo por mucho tiempo"- dijo Lucas mientras buscaba su collar para ver si tenía alguna información sobre dueños anteriores.

Para sorpresa de Lucas, encontró una placa en el collar del perro donde estaba grabado —"Rocky" . Ahora sabía cómo llamarlo. Lucas decidió llevar a Rocky de regreso a casa para cuidarlo hasta encontrar a sus dueños.

Caminaron juntos hacia la casa del niño, donde lo recibieron con alegría sus padres y su hermana menor Ana. Ana saltaba emocionada al ver al nuevo amigo animal de Lucas. Ella también había querido tener una mascota hacía mucho tiempo.

La familia decidió buscar información sobre Rocky en las redes sociales locales para intentar encontrar a sus verdaderos dueños. Mientras tanto, todos se dedicaron a cuidar y consentir al perrito. Los días pasaron y Rocky comenzó a mostrar su verdadera personalidad.

Era juguetón, cariñoso y siempre estaba dispuesto a dar lamidas de amor a todos en la familia. Un día, mientras Lucas y Ana jugaban en el parque con Rocky, vieron un cartel que decía "Se busca: Perro perdido".

En el cartel había una foto de Rocky con sus manchitas únicas. Lucas emocionado llamó a su papá para contarle lo que había encontrado. Juntos fueron al número de teléfono que aparecía en el cartel para reunirse con los dueños de Rocky.

Cuando llegaron al lugar acordado, se encontraron con una familia muy amable. Eran los dueños originales de Rocky llamados Martín y Carolina. Resulta que habían estado buscando desesperadamente a su querido perro durante semanas.

Martín explicó que Rocky se había escapado cuando abrieron accidentalmente la puerta del patio trasero. Estaban tan felices de haberlo encontrado sano y salvo gracias a Lucas y su familia. Lucas sintió un poco tristeza al tener que despedirse de Rocky, pero sabía que era lo correcto.

Ambos sabían que nunca olvidarían aquellos maravillosos momentos juntos. Martín y Carolina estaban tan agradecidos por la bondad de Lucas y su familia que decidieron hacer algo especial por ellos.

Les regalaron una caja llena de libros sobre perros e invitaciones para visitarlos siempre que quisieran jugar con Rocky. Desde ese día, Lucas aprendió mucho sobre la importancia del cuidado animal y cómo ayudar a otros seres vivos.

Siempre recordaría a Rocky con cariño y estaría agradecido por la valiosa lección que le enseñó. Y así, Lucas, Ana y su familia continuaron viviendo aventuras y compartiendo amor con todos los animales que se cruzaban en su camino.

Porque sabían que, aunque algunas historias tengan un final temporal, siempre hay espacio para el amor y la amistad en sus corazones.

FIN.

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