La búsqueda de los jinetes de dragones



Había una vez un niño llamado Giovanni, que tenía una gran imaginación y amaba los cuentos de hadas. Su mamá solía contarle historias sobre valientes jinetes que montaban dragones feroces y protegían el reino de cualquier peligro.

Giovanni estaba segurísimo de que esos jinetes de dragones existían en algún lugar del mundo. Así que decidió emprender una búsqueda para encontrarlos y vivir su propia aventura fantástica.

Un día, Giovanni se puso su capa roja con capucha y agarró su espada de juguete. Se despidió de su mamá y salió a explorar el vecindario en busca de pistas sobre los jinetes de dragones. Caminó por las calles, inspeccionando cada rincón con ojos brillantes.

Hasta que llegó a un parque donde encontró a un anciano sentado en un banco alimentando palomas.

"Disculpe, señor", dijo Giovanni con entusiasmo, "¿ha visto alguna vez a los jinetes de dragones?"El anciano sonrió amablemente y respondió: "Oh, joven aventurero, no he visto a esos jinetes hace mucho tiempo. Pero dicen las leyendas que puedes encontrarlos en lo más profundo del bosque encantado". Giovanni sintió cómo la emoción crecía dentro de él.

Sabía exactamente dónde debía ir ahora: ¡el bosque encantado! Con paso decidido, Giovanni se adentró en el oscuro bosque. Los árboles altos susurraban secretos mientras él caminaba entre helechos gigantes y ramas crujientes. De repente, escuchó un ruido extraño.

Siguió el sonido y se encontró con una pequeña criatura verde, parecida a un duende. "¡Hola! ¿Eres uno de los jinetes de dragones?", preguntó Giovanni emocionado.

El duende rió y dijo: "No soy un jinete de dragones, pero puedo llevarte con alguien que tal vez sí lo sea. Sígueme". Giovanni siguió al duende hasta llegar a una cueva oculta. Allí dentro había una mujer sabia, vestida con túnicas brillantes y rodeada de libros antiguos. "¿Eres un jinete de dragones?", preguntó Giovanni ansiosamente.

La mujer sabia sonrió y respondió: "No soy una jinete de dragones, pero tengo conocimiento sobre ellos. Los jinetes existen en la imaginación y en los corazones valientes como el tuyo". Giovanni estaba confundido.

No entendía cómo algo que solo existía en su mente podía ser real. La mujer sabia explicó: "Los cuentos y las historias nos enseñan lecciones importantes sobre el coraje, la amistad y la bondad.

Aunque los jinetes de dragones no sean reales físicamente, su espíritu vive en nosotros cuando luchamos contra nuestros propios miedos". El niño comprendió lo que ella quería decirle. La verdadera aventura estaba dentro de él mismo; no necesitaba buscarla fuera.

Regresando a casa, Giovanni le contó a su mamá todo lo que había aprendido durante su búsqueda. Ella lo abrazó con ternura y le dijo lo orgullosa que estaba de él. Desde ese día, Giovanni siguió soñando y usando su imaginación para vivir increíbles aventuras.

Sabía que los jinetes de dragones podían existir en su corazón y en el mundo de los cuentos.

Y así, Giovanni descubrió que la magia verdadera no está en encontrar algo fantástico afuera, sino en creer en uno mismo y en la belleza del mundo que nos rodea.

FIN.

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