La Búsqueda de Luna



Había una vez una ballena llamada Luna que decidió hacer un viaje a Puerto Madryn con su pequeño ballenato, Sol.

Mientras Luna descansaba en la costa, Sol se escapó para dar un paseo en bicicleta por el mar junto a otros ballenatos. De repente, Sol se dio cuenta de que estaba solo y no sabía cómo volver con su madre. Se asustó mucho y comenzó a llorar.

Un delfín llamado Pepo lo vio y se acercó para preguntarle qué le pasaba. "¿Por qué estás llorando, pequeño Sol?", preguntó Pepo con ternura. "Me perdí y no sé cómo encontrar a mi mamá", respondió Sol entre sollozos.

Pepo entendió la preocupación de Sol y decidió ayudarlo a buscar a su madre. Nadaron juntos hacia el sur mientras buscaban señales de Luna.

Después de muchos minutos nadando, finalmente encontraron una gran mancha oscura en el agua: ¡era Luna!"¡Mamá!", gritó Sol emocionado mientras nadaba hacia ella. Luna abrazó fuertemente a su hijo mientras Pepo los observaba sonriendo. Los tres se alegraron mucho al encontrarse otra vez.

"¡Gracias por ayudarnos a encontrarlo, Pepo! No sé qué hubiera hecho sin ti", dijo Luna muy contenta. "No hay problema, amigos. Me alegra haberlos ayudado", respondió Pepo muy satisfecho consigo mismo.

Los tres animales comenzaron entonces a conversar sobre sus aventuras durante el día y reían juntos recordando las travesuras del pequeño Sol en su bicicleta para ballenatos. Luna y Pepo se dieron cuenta de que, aunque venían de diferentes especies marinas, podían ser buenos amigos y ayudarse mutuamente cuando lo necesitaran.

Desde ese día en adelante, Luna, Sol y Pepo se convirtieron en los mejores amigos del mar. Siempre se cuidaban y protegían entre sí mientras disfrutaban de las emocionantes aventuras que les esperaban en el vasto océano.

FIN.

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