La Búsqueda de Luna
Título: "El Tesoro de los Recuerdos"Introducción: En un pequeño pueblo llamado Villa Memoria, vivía una niña llamada Luna. Luna era muy curiosa y le encantaba escuchar las historias de los ancianos del lugar sobre tiempos pasados.
Un día, la abuela Margarita comenzó a olvidar cosas y Luna se preocupó mucho por ella. Decidió emprender un viaje en busca del tesoro más valioso que existía en Villa Memoria: los recuerdos.
Nudo: Luna sabía que el tesoro estaba escondido en lo más profundo del bosque encantado, un lugar misterioso donde nadie se atrevía a entrar.
Con valentía, la niña se adentró en el bosque y se encontró con el guardián de la memoria, un búho sabio llamado Don Remembranzas. "¿Qué buscas, pequeña Luna?" -preguntó el búho con voz grave. "Busco el tesoro de los recuerdos para ayudar a mi abuela Margarita", respondió Luna con determinación.
Don Remembranzas le explicó que para encontrar el tesoro, debía superar tres pruebas que pondrían a prueba su memoria y su ingenio. La primera prueba consistía en recordar una canción antigua que solo había sido cantada una vez hace muchos años.
Desenlace: Luna cerró los ojos y concentró toda su atención en recordar cada nota de la canción. Con esfuerzo logró tararearla y así superó la primera prueba. La segunda prueba fue recordar las palabras exactas de una promesa hecha entre amigos hace tiempo.
Con paciencia y amor, Luna recordó cada palabra dicha aquella tarde soleada en la plaza del pueblo. Superada esta prueba, solo quedaba una última tarea: recordar el rostro de todas las personas queridas que habían pasado por su vida.
Con lágrimas en los ojos pero con el corazón lleno de amor, Luna nombró a cada persona querida mientras visualizaba sus rostros en su mente.
Al terminar, una luz brillante iluminó el bosque y ante ella apareció un cofre dorado que contenía destellos de recuerdos preciosos. "Gracias por tu valentía y tu amor por tus seres queridos", dijo Don Remembranzas mientras entregaba el cofre a Luna.
La niña regresó a casa con el tesoro de los recuerdos y al abrirlo frente a su abuela Margarita, vio cómo sus ojos brillaban al revivir momentos inolvidables junto a su nieta. Desde ese día, Luna comprendió que nuestros recuerdos son tesoros invaluabless que debemos cuidar siempre en nuestro corazón.
Y así, Villa Memoria siguió siendo un lugar lleno de historias maravillosas gracias al valor de nunca olvidar quiénes somos y de dónde venimos.
FIN.