La búsqueda de Mateo



Había una vez un joven cazador llamado Mateo. Vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques y montañas, donde se dedicaba a cazar bestias salvajes para mantener a su familia.

Pero un día, su madre enfermó gravemente y los curanderos del pueblo no podían encontrar la cura. Mateo estaba desesperado por salvar a su madre. Recordó las historias que le contaba su abuelo sobre plantas medicinales raras que crecían en lo profundo del bosque.

Sabía que no sería fácil encontrarlas, pero decidió emprender una búsqueda peligrosa. "¿Estás loco? ¿Cómo vas a aventurarte solo en el bosque?"- preguntó su hermana menor, preocupada. "Lo sé, es peligroso,"- respondió Mateo,"pero tengo que intentarlo.

No puedo permitirme perder a mamá". Con valentía y determinación, Mateo partió hacia el corazón del bosque. Encontró muchas criaturas feroces y peligrosas en el camino, pero logró evitarlas con astucia y habilidad de cazador.

Un día encontró una planta extraña con flores doradas brillantes. Recordando las historias de su abuelo sobre esta planta mágica, recolectó algunas hojas y corrió de vuelta al pueblo.

Los curanderos prepararon una poción con las hojas de la planta dorada y se la dieron a la madre de Mateo. Al principio no pareció hacer efecto, pero después de unos días ella comenzó a recuperar fuerzas poco a poco hasta que finalmente sanó completamente.

La gente del pueblo se sorprendió por la valentía y habilidad de Mateo, que arriesgó su vida para salvar a su madre. Y él aprendió una lección importante: nunca renuncies ante los obstáculos, siempre hay una solución si te mantienes decidido y valiente.

Y así, el cazador de bestias salvajes se convirtió en un héroe del pueblo y todos lo admiraban por su coraje y determinación.

A partir de ese día, Mateo siguió cazando bestias salvajes para mantener a su familia, pero sabía que si alguna vez necesitaba encontrar la cura para otra enfermedad, estaba dispuesto a aventurarse en el bosque nuevamente.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!