La búsqueda de Max


Había una vez un perro llamado Max y un gato llamado Tomás que vivían en una pequeña casa junto a sus dueños, Marta y Juan.

Max era un perro muy activo y juguetón, siempre estaba corriendo de un lado a otro, mientras que Tomás era más tranquilo y le gustaba pasar la mayor parte del tiempo durmiendo. Un día soleado, Max decidió salir a explorar el vecindario en busca de aventuras emocionantes.

Se escapó por la puerta trasera de la casa sin que nadie lo notara. Mientras tanto, Tomás se despertó de su siesta y se dio cuenta de que Max no estaba en casa.

Tomás se preocupó mucho por su amigo y decidió ir en su búsqueda. Comenzó a recorrer las calles del vecindario preguntando a todos los animales si habían visto a Max. Después de mucho buscar, finalmente encontró a un pájaro sabio llamado Paco. "Hola Paco", dijo Tomás con voz temblorosa.

"¿Has visto a mi amigo Max? Estoy muy preocupado por él". Paco miró alrededor con sus ojos agudos y respondió: "Sí, vi a tu amigo hace un rato cerca del parque. Parecía estar persiguiendo una ardilla".

Tomás dio las gracias al amable pájaro y corrió hacia el parque tan rápido como pudo. Cuando llegó allí, vio algo inesperado: ¡Max estaba atrapado en lo alto de un árbol!"¡Max! ¿Cómo llegaste hasta ahí?", exclamó Tomás sorprendido.

"Estaba persiguiendo esa ardilla y, de repente, me encontré aquí arriba", respondió Max con voz temblorosa. Tomás no sabía qué hacer, pero recordó que en el parque vivía un viejo búho llamado Óscar. Decidió buscarlo para pedirle ayuda.

"¡Óscar! ¡Óscar!", gritó Tomás mientras volaba hacia el árbol donde el búho solía pasar sus días. Óscar apareció lentamente y preguntó: "¿Qué pasa, Tomás? Pareces muy preocupado".

Tomás le explicó la situación y le pidió consejo sobre cómo ayudar a Max a bajar del árbol. Óscar pensó por un momento y luego dijo: "Creo que tengo una idea". El búho voló hasta el árbol donde estaba atrapado Max y le susurró al oído: "Max, tienes que saltar hacia mí.

Yo te atraparé". Max tenía miedo, pero confiaba en su amigo Óscar. Dio un salto valiente y seguro de sí mismo hacia los brazos extendidos del búho. Óscar lo agarró con cuidado y lo llevó de vuelta al suelo.

Tomás corrió hacia ellos lleno de alegría al ver a Max sano y salvo. Los tres amigos se abrazaron emocionados. "Gracias, Tomás", dijo Max con gratitud. "Siempre supe que podía contar contigo".

"Y gracias a ti también, Óscar", agregó Tomás. "Sin tu ayuda no sé cómo hubiéramos rescatado a Max". Desde ese día, Max aprendió a ser más cauteloso cuando perseguía ardillas y Tomás prometió estar siempre pendiente de su amigo.

Juntos, demostraron que la amistad y la colaboración pueden superar cualquier obstáculo. Y así, Max y Tomás regresaron a casa junto a Marta y Juan, compartiendo sus aventuras con una gran sonrisa en sus rostros.

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