La búsqueda de Negra


eran los mejores amigos del mundo. Vivían juntos en una casita en el campo y se divertían jugando todo el día.

Copito era un perrito blanco y animal, mientras que Negra era de color negro y tenía un pelaje brillante. Un día, mientras jugaban cerca del bosque, Negra se adentró demasiado y se perdió. Copito la buscó por todas partes pero no logró encontrarla. Triste y preocupado, decidió pedir ayuda a sus amigos animales del bosque.

Primero encontró a Don Conejo, quien le sugirió buscar en las cuevas cercanas al río. Luego se topó con Doña Ardilla, quien le dijo que quizás Negra estaba atrapada en algún árbol alto.

Copito siguió los consejos de sus amigos e investigó cada lugar sugerido sin éxito. Cansado y desanimado, regresó a su casa donde lo esperaba una sorpresa: ¡Negra había encontrado el camino de vuelta! Estaba sucia y cansada pero feliz de reencontrarse con su amigo fiel.

"¡Negra! ¿Cómo lograste volver?", preguntó emocionado Copito. "Me perdí pero luego recordé cómo llegar a nuestra casa", respondió ella con una sonrisa. "¡Qué valiente eres!", exclamó Copito abrazándola fuerte.

A partir de ese día, los dos perritos aprendieron la importancia de confiar en sí mismos para superar adversidades. También descubrieron la importancia de tener amigos que te ayuden cuando lo necesitas.

Juntos siguieron disfrutando su vida llena de juegos y aventuras, sabiendo que siempre podrían contar el uno con el otro y con sus amigos del bosque. Y así, Copito y Negra aprendieron que la amistad verdadera es el mejor tesoro que se puede tener.

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