La búsqueda de palabras mágicas en Guatemala


Había una vez en Guatemala, una niña llamada Muriel que estaba muy emocionada por aprender a leer.

Todos los días se levantaba temprano, desayunaba con su familia y luego salía a recorrer diferentes lugares en busca de palabras que empezaran con el sonido de la letra —"m" . Un día soleado, Muriel decidió visitar un mercado cercano a su casa. Al llegar, vio muchas cosas interesantes: mangos jugosos, melones dulces y montones de maíz.

De repente, escuchó un maullido y se dio cuenta de que un gato blanco la observaba desde lejos. - ¡Mira, un gato! -exclamó Muriel emocionada-.

¡Gato empieza con la —"m"  como mi nombre! El gato se acercó curioso y Muriel extendió la mano para acariciarlo. El minino ronroneaba feliz mientras ella reía. Decidida a seguir su aventura, Muriel dejó al gato descansando y continuó explorando el mercado. Pasó por puestos llenos de marañas coloridas, muñecas artesanales y mantas tejidas a mano.

De repente, vio algo brillante entre las sombras: ¡una mariposa azul revoloteando cerca de unas margaritas! - ¡Una mariposa! -exclamó Muriel asombrada-.

¡Mariposa también empieza con —"m"  como mi nombre! La mariposa parecía bailar al compás del viento mientras Muriel seguía su vuelo con la mirada. Emocionada por sus hallazgos, Muriel decidió regresar a casa para contarle a su mamá todo lo que había descubierto ese día.

- Mamá, encontré un gato y una mariposa cuyos nombres empiezan con —"m" , al igual que el mío -le dijo entusiasmada. Su mamá sonrió orgullosa y le dijo:- Qué bien hija, es importante prestar atención a las letras y sonidos cuando aprendemos a leer.

Seguro encontrarás muchas más palabras interesantes en tus aventuras. Animada por las palabras de su mamá, al día siguiente Muriel decidió ir al parque en busca de más sorpresas.

Caminando entre los árboles frondosos y los columpios coloridos, divisó algo moviéndose detrás de unos arbustos: era un mapache travieso que la miraba fijamente. - ¡Un mapache! -exclamó Muriel emocionada-. ¡Mapache también empieza con —"m"  como mi nombre! El mapache correteaba ágilmente entre los árboles mientras Muriel lo seguía riendo divertida.

Al final del día, cansada pero feliz por todas las palabras que había encontrado con el sonido inicial de la letra —"m" , Muriel regresó a casa lista para practicar sus lecturas junto a su mamá.

Y así, entre risas y descubrimientos, Muriel siguió explorando el mundo que la rodeaba mientras aprendía nuevas palabras cada día. Porque para ella no había límites en su camino hacia el conocimiento y la diversión.

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