La búsqueda de Roja


Había una vez una niña llamada Delfi que tenía una salamandra muy especial llamada Roja. Roja era su mejor amiga, y juntas compartían aventuras emocionantes todos los días.

Pero un domingo, cuando Delfi llegó a la pecera de Roja, se dio cuenta de que no estaba allí. Buscó por todas partes, pero no había rastro de su querida salamandra. Delfi se sintió triste y preocupada.

¿Dónde podría estar Roja? Decidió pedir ayuda a sus amigos animales del bosque: el conejo Saltarín y el pájaro Trinarín. Juntos comenzaron a buscar pistas sobre el paradero de Roja. Saltarín saltaba de aquí para allá mientras buscaba en cada arbusto y árbol cercano.

Trinarín volaba alto en el cielo para tener una vista panorámica del bosque. Después de mucho buscar, Saltarín encontró unas huellas extrañas cerca del estanque. "¡Miren esto!", exclamó Saltarín emocionado. "Creo que estas huellas podrían ser de Roja".

Delfi siguió las huellas con cuidado hasta llegar a un gran árbol hueco. Dentro del árbol oscuro y misterioso encontraron a un pequeño ratón asustado llamado Ratico. "Hola Ratico", dijo Delfi con voz suave.

"¿Has visto a mi salamandra Roja?" "Sí, sí la vi", respondió Ratico temblando. "Estábamos jugando cerca del estanque cuando apareció un búho malvado ¡y se llevó a Roja!"Delfi, Saltarín y Trinarín se miraron con determinación.

Sabían que tenían que encontrar al búho malvado y rescatar a Roja. Siguiendo las instrucciones de Ratico, se dirigieron hacia el bosque oscuro donde vivía el búho. El camino estaba lleno de obstáculos, pero Delfi no se dio por vencida. Finalmente, llegaron al nido del búho malvado.

Delfi trepó con valentía hasta llegar a la entrada del nido. Allí encontró a Roja asustada y atrapada en una rama. "¡Roja, estoy aquí para salvarte!", exclamó Delfi emocionada. Con mucho cuidado, Delfi liberó a Roja de su prisión.

Las dos amigas salieron volando del nido justo cuando el búho regresaba. De vuelta en casa, Delfi abrazó fuertemente a Roja. Estaba tan feliz de tenerla sana y salva nuevamente.

Desde aquel día, Delfi aprendió lo importante que es estar siempre atenta y cuidar de los seres queridos. También comprendió la importancia de pedir ayuda cuando es necesario y trabajar en equipo para resolver problemas difíciles. Roja nunca dejó sola a Delfi después de esa aventura.

Juntas siguieron explorando el mundo mágico del bosque todos los días, recordando siempre que su amistad era un tesoro invaluable.

Y así fue como Delfi aprendió una gran lección: si te mantienes valiente y perseverante, siempre encontrarás una manera de superar cualquier desafío que se presente en tu camino.

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