La búsqueda de semillas
Había una vez en un pequeño bosque un alegre ratón llamado Rato y un divertido pájaro llamado Pico. Ambos eran grandes amigos y siempre se ayudaban en todo. Un día, mientras jugaban en el bosque, se encontraron con un desafío inesperado. Un gato astuto y perezoso se había apoderado de un delicioso pan que Rato había traído de su casa.
"¡Oh no!" dijo Rato con desesperación. "Ese pan es para el picnic que teníamos planeado para hoy. ¡Y ahora no sé qué hacer!"
"No te preocupes, Rato", respondió Pico. "Tal vez podríamos recolectar semillas para hacerlo aún más especial. ¡Las semillas también son ricas y nutritivas!"
Rato asintió con entusiasmo. Tenían una tarea por delante, pero la idea de conseguir alimentos juntos los llenó de alegría. Mientras el gato, al que llamaban Gato Pérez, se daba la vuelta, Rato y Pico comenzaron a buscar semillas en vos. Estaban decididos a hacer un picnic inolvidable.
Mientras buscaban, se encontraron con una gran planta de girasoles.
"¡Mirá, Rato! Estas semillas son perfectas para nuestro picnic!" exclamó Pico, emocionado.
Juntos comenzaron a recolectar un montón de semillas brillantes y doradas, llenando sus pequeñas mochilas. Al cabo de un rato, lograron reunir muchas.
"¡Ya tenemos un montón!" dijo Rato, saltando de felicidad.
"Sí, pero también necesitamos el pan para que sea verdaderamente especial", recordó Pico. Rato miró hacia donde había dejado el pan y advirtió que Gato Pérez seguía dormido, su pan estaba a salvo por ahora.
Decidieron volver a buscarlo. Pico, con su habilidad para volar, comenzó a elevarse en el aire para echar un vistazo mientras Rato corría por el suelo. Pero de repente, Gato Pérez despertó y se dio cuenta de que no estaba solo.
"¡Eh! ¡Eso no es justo!" dijo Gato Pérez, viendo que no quería compartir el pan.
"¡Esperá!" gritó Rato. "No necesitamos pelear. ¡Podemos compartir!"
Gato Pérez se quedó pensando.
"¿Compartir? Qué aburrido..." respondió el gato, pero su curiosidad despertó un poco. "¿Qué tienen para ofrecerme a cambio?"
"Tenemos muchas semillas ricas, ¡y podríamos compartirlas en un picnic todos juntos!" sugirió Pico.
El gato parecía dudar.
"¿...un picnic? Hmm, eso suena interesante. Pero quiero el pan para mí solo también."
Rato y Pico se miraron.
"Está bien, Gato Pérez. Te dejaremos una parte del pan si compartís con nosotros. Además, ¡la comida se disfruta más en buena compañía!"
"Hmm, trato hecho", dijo Gato Pérez, sonriendo. Así que decidieron unirse en la aventura y pasaron un buen rato juntos, aprendiendo unas cosas sobre compartir.
Finalmente, llegaron al claro en el bosque y comenzaron a preparar el picnic. Rato sacó las semillas mientras Gato Pérez trajo el pan. Juntos, disfrutaron de una comida deliciosa, llena de risas y buena compañía.
"¡A veces, lo inesperado puede llevar a momentos increíbles!" exclamó Rato, mientras todos compartían la comida.
"Efectivamente, nunca pensé que iríamos a hacer un picnic juntos", dijo Gato Pérez, sintiéndose satisfecho.
Desde aquel día, Rato, Pico y Gato Pérez se convirtieron en los mejores amigos, siempre compartiendo sus aventuras y disfrutando de la compañía de cada uno, recordando que la verdadera amistad se construye a través de la cooperación y el compartir.
Y así, Rato y Pico aprendieron que trabajar juntos, incluso con un gato, podía llevar a grandes cosas. Y olfateando su nueva amistad, los tres vivieron felices en el bosque, compartiendo juntos risas, semillas y un amor incondicional por la cocina.
FIN.