La búsqueda de Thiago


Thiago estaba emocionado. Su papá, Sebastian, le había prometido llevarlo a una aventura muy especial ese fin de semana. No sabía a dónde irían ni qué harían, pero estaba ansioso por descubrirlo.

El sábado por la mañana, Sebastian despertó a Thiago temprano y le dijo: "¡Hoy es el gran día! Prepárate que nos vamos de aventura".

Thiago se levantó de un salto de la cama y rápidamente se vistió con su ropa más cómoda y unas zapatillas para caminar. -¡Papá, ¿adónde iremos? -preguntó Thiago emocionado mientras desayunaban juntos en la cocina. -Es una sorpresa, hijo. Te va a encantar.

Solo te pido que confíes en mí y disfrutes del día -respondió Sebastian con una sonrisa misteriosa. Después de desayunar, subieron al auto y emprendieron rumbo hacia las afueras de la ciudad. El paisaje iba cambiando a medida que se alejaban del bullicio urbano y se adentraban en áreas más verdes y tranquilas.

-¿Ya casi llegamos, papá? -preguntó Thiago impaciente. -Casi estamos ahí, hijo. Pero primero hagamos una parada rápida aquí -dijo Sebastian mientras estacionaba el auto frente a un pequeño bosque.

Thiago observó curioso cómo su papá sacaba una mochila del baúl del auto y le entregaba una brújula. -Vamos a hacer una caminata por el bosque juntos. Tú serás mi guía con esta brújula -explicó Sebastian.

Los dos se adentraron en el bosque siguiendo las indicaciones de la brújula que Thiago sostenía con cuidado. Descubrieron árboles gigantes, flores silvestres y hasta escucharon el canto de pájaros exóticos. Thiago se sentía como un verdadero explorador junto a su papá.

Después de varias horas caminando, llegaron a un claro donde Sebastian sacó una manta del bolso y preparó un picnic improvisado con sandwiches, frutas y jugo. -¡Qué rico todo esto! Gracias por llevarme a este lugar tan lindo, papá -dijo Thiago emocionado mientras comían juntos bajo el sol.

Sebastian sonrió orgulloso y le dio un abrazo a su hijo. -Me alegra que te estés divirtiendo tanto. Pero aún nos queda una última sorpresa antes de regresar a casa -anunció misteriosamente.

Thiago miraba expectante a su papá cuando vio algo brillar entre los arbustos cercanos. Se acercaron juntos y descubrieron ¡una cascada escondida! El agua caía formando arcoíris bajo los rayos del sol creando un espectáculo maravilloso. -¡Es increíble! ¡Nunca vi algo así! -exclamó Thiago asombrado.

-Este es nuestro último tesoro escondido del día. ¿Te gustaría refrescarte un poco antes de regresar? -propuso Sebastian riendo. Los dos jugaron bajo la cascada durante un rato antes de emprender el camino de vuelta al auto.

En el trayecto de regreso, Thiago no paraba de hablar sobre lo increíble que había sido ese día especial junto a su papá.

Cuando finalmente llegaron a casa al atardecer, Sebastián abrazó fuerte a Thiago y le dijo:-Gracias por ser mi compañero en esta aventura tan especial hoy. Recuerda siempre mantener tu espíritu curioso e explorador en todo lo que hagas en la vida. Thiago sonrió feliz sabiendo que aquel día quedaría guardado como uno de sus recuerdos favoritos para siempre.

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