La búsqueda del agua perdida
Había una vez en la selva un cocodrilo llamado Crocky, que vivía en un hermoso río rodeado de árboles frondosos y coloridas flores. Crocky era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.
Un día, mientras nadaba por el río, escuchó unos sonidos extraños provenientes de la orilla. Se acercó sigilosamente y vio a un grupo de animales del bosque discutiendo acaloradamente. - ¿Qué pasa aquí? -preguntó Crocky con curiosidad. - ¡Oh, Crocky! Menos mal que llegaste.
Estamos teniendo un problema muy grande -dijo Riki, el mapache. Resulta que los animales estaban preocupados porque el agua del río se estaba agotando rápidamente debido a la sequía que azotaba la región.
Sin agua, todos los habitantes de la selva sufrirían las consecuencias. Crocky decidió ayudar a sus amigos y les propuso una idea brillante: buscar juntos una nueva fuente de agua para todos.
Los animales asintieron emocionados y se pusieron en marcha siguiendo a Crocky rio arriba. Después de recorrer un largo camino, llegaron a una cascada escondida en lo más profundo del bosque. El agua caía cristalina y fresca, justo lo que necesitaban para resolver su problema.
- ¡Lo logramos gracias a ti, Crocky! -exclamó Riki emocionado. Pero en ese momento apareció Don Gruñón, el oso malhumorado de la selva, quien no estaba dispuesto a compartir el nuevo descubrimiento con los demás animales. - Esta agua es solo mía.
¡Fuera de aquí! -gruñó Don Gruñón amenazadoramente. Los animales temblaron de miedo, pero Crocky se mantuvo firme frente al oso y le dijo con valentía:- Todos merecemos tener acceso al agua. No seas egoísta, Don Gruñón.
Juntos podemos disfrutarla y vivir en armonía en nuestra querida selva. Las palabras de Crocky tocaron el corazón del oso, quien finalmente cedió y permitió que todos los animales bebieran del manantial.
Desde ese día, la solidaridad reinó en la selva gracias al ejemplo de Crocky y su valentía para enfrentar cualquier desafío.
Y así fue como el cocodrilo Crocky enseñó a todos que trabajar juntos por el bien común puede traer grandes recompensas y fortalecer los lazos de amistad entre todos los habitantes del bosque.
FIN.