La búsqueda del amigo perdido

Había una vez, en lo alto de una imponente montaña, un grupo de zorros que vivían felices y en armonía.

Un día, uno de ellos decidió hacer una travesura y se escapó a perseguir a unos conejos que vivían al pie de la montaña. La noche comenzó a caer y el zorro no volvía. Sus amigos comenzaron a preocuparse y decidieron ir en su búsqueda.

Al llegar al lugar donde solían cazar los conejos, encontraron el fuego encendido y rastros del zorro perdido. "¡Tenemos que encontrarlo!"- dijo uno de los zorros. "Pero ¿cómo vamos a hacer eso? La oscuridad nos impide ver más allá del fuego"- respondió otro.

Fue entonces cuando un sabio anciano les habló:"No teman, mis queridos amigos. Los conejos conocen bien estas tierras y podrán ayudarnos a encontrar al perdido". Los zorros aceptaron la idea y pidieron ayuda a los conejos. Juntos, formaron un equipo para buscar al amigo desaparecido.

Caminando por la montaña, atravesando ríos e incluso escalando rocas, el grupo avanzaba con valentía hasta que finalmente escucharon un débil gemido proveniente de una cueva cercana. Al entrar en ella encontraron al amigo perdido herido y asustado.

Lo llevaron rápidamente fuera de la cueva para curarlo con las plantas medicinales que había enseñado el anciano sabio.

Desde ese día todos aprendieron algo nuevo: los zorros comprendieron que sus travesuras podían ponerlos en peligro, los conejos aprendieron a confiar en sus amigos zorros y todos entendieron que trabajar juntos es lo que hace fuerte a un equipo. Y así, la montaña volvió a ser un lugar tranquilo y feliz gracias a la amistad entre zorros y conejos.