La búsqueda del amor dorado



Había una vez en un pequeño pueblo argentino, una niña llamada Eli.

Era una niña muy dulce y amable, pero a pesar de tener muchos amigos y familiares que la querían, sentía que algo faltaba en su vida: el amor. Eli observaba a las parejas de enamorados paseando por las calles del pueblo, tomados de la mano y riendo juntos. También veía a sus padres abrazándose y besándose cuando pensaban que ella no los miraba.

Pero ella se sentía sola y triste, porque no tenía a nadie con quien compartir ese tipo de amor. Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, Eli vio a un anciano alimentando a los patos del lago.

Se acercó tímidamente y le preguntó:- ¿Por qué les da comida a los patos? - Porque me gusta cuidarlos -respondió el anciano-. Y también me gusta estar aquí para poder ver cómo crecen.

- ¿Usted tiene alguien especial en su vida? -preguntó Eli con curiosidad. El anciano sonrió tristemente y respondió:- Hace muchos años tuve una esposa maravillosa que amé con todo mi corazón. Pero ella ya no está aquí conmigo.

Eli sintió mucha lástima por el anciano y decidió hacer algo para ayudarlo. Recordó lo mucho que le gustaba dibujar y pintar en su casa, así que decidió invitar al anciano para pintar juntos en su casa.

Después de algunos días invitando al anciano todos los días después de clases, finalmente acepto la invitación. Mientras pintaban juntos, el anciano comenzó a contarle historias sobre su esposa y cómo se conocieron.

Eli escuchaba con atención y, de repente, se dio cuenta de que lo que el anciano necesitaba era amor.

Entonces le preguntó:- ¿Cree que algún día volverá a encontrar a alguien como ella? El anciano pensó por un momento y respondió:- Tal vez no encuentre a alguien igual, pero sé que hay muchas personas maravillosas en este mundo. Solo necesito estar abierto al amor cuando llegue. Eli sonrió y dijo:- Entonces prometo ayudarlo a encontrar ese amor. Y así fue como Eli decidió ser la —"casamentera"  del pueblo.

Comenzó a buscar personas solteras que podrían ser compatibles con el anciano, organizando citas para él e incluso haciendo pequeños regalos para impresionarlas. Después de algunos intentos fallidos, finalmente encontraron a una mujer llamada Ana. Era viuda como el anciano y compartía muchos intereses con él.

Después de algunas citas juntos, se dieron cuenta de que habían encontrado el amor nuevamente.

Eli estaba muy feliz por ellos dos y sabía que había hecho algo importante en sus vidas: haber ayudado al anciano a encontrar nuevamente el amor. Desde ese día en adelante, Eli aprendió una gran lección sobre lo importante que es amar y cuidar de las personas mayores.

Y aunque todavía no había encontrado su propio amor romántico, sabía que tenía mucho amor para darle al mundo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!