La búsqueda del amor perdido



Había una vez una niña llamada Agustina, quien siempre soñaba con aventuras mágicas y emocionantes.

Un día, mientras jugaba en el jardín con su muñeca favorita, encontró un pequeño conejo blanco que corría a toda velocidad hacia un agujero en el suelo. Agustina no podía creer lo que veía y decidió seguir al conejo para descubrir a dónde llevaba ese agujero.

Al acercarse, se dio cuenta de que era demasiado pequeño para pasar por allí, pero justo en ese momento apareció su mamá Andrea. - ¿Qué estás haciendo, mi amor? -preguntó Andrea con curiosidad. - ¡Mamá! Acabo de ver un conejo correr hacia ese agujero y quiero seguirlo para descubrir adónde va -respondió Agustina emocionada.

Andrea sonrió y le dijo: "Bueno, entonces vamos juntas". Sin pensarlo dos veces, madre e hija se agacharon y comenzaron a entrar en el agujero.

Pero pronto se dieron cuenta de que algo extraño estaba sucediendo: ¡el túnel parecía infinitamente largo! Finalmente llegaron al otro lado del túnel y se encontraron en un mundo completamente diferente. Había flores gigantes, árboles parlantes y animales vestidos como humanos.

Agustina estaba maravillada por la vista y no podía dejar de explorar todo lo que había a su alrededor. Pero pronto descubrieron que este mundo era gobernado por la malvada Reina de Corazones.

La reina estaba celosa del amor entre madre e hija porque nunca había experimentado ese sentimiento en su propia vida. Y así, decidió separarlas y mantener a Agustina como prisionera en su castillo. Andrea se sintió desesperada al darse cuenta de que habían sido separadas, pero no perdió la esperanza.

Con la ayuda de algunos nuevos amigos que hizo en el mundo mágico, comenzó una búsqueda para encontrar a Agustina y traerla de vuelta a casa. Después de muchas aventuras emocionantes y peligrosas, finalmente encontraron el castillo donde estaba retenida Agustina.

Pero la Reina de Corazones no se rendiría fácilmente y las enfrentó con todas sus fuerzas. En un momento crítico, Andrea recordó algo importante: el amor era más poderoso que cualquier cosa en este mundo o en cualquier otro.

Con esta idea en mente, logró convencer a la Reina para que dejara ir a Agustina. Finalmente reunidas madre e hija, regresaron juntas al mundo real, llevándose consigo los recuerdos maravillosos del viaje mágico y aventurero que habían tenido juntas.

Desde ese día adelante, Andrea le contaba historias fantásticas cada noche antes de dormir sobre mundos mágicos llenos de aventuras emocionantes. Y siempre recordaban juntas lo valioso que es tener amor incondicional entre ellas mismas y hacia los demás también.

FIN.

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