La búsqueda del antídoto mágico
Había una vez en el bosque encantado, un hada llamada Luna. Ella era muy hermosa y amada por todos los animales del bosque.
Cada mañana, se despertaba temprano para recolectar flores y llevarlas al centro del bosque para decorarlo con su belleza. Un día, mientras Luna estaba recolectando flores, vio una flor diferente a todas las demás. Era de un color brillante y tenía un aroma dulce que la atrajo hacia ella.
Sin pensarlo dos veces, la cogió y se la llevó consigo. Cuando llegó al centro del bosque, colocó la flor en el jarrón junto a las otras flores recogidas esa mañana.
Pero luego de unos minutos empezó a sentirse mal, como si algo estuviera mal en su cuerpo. Los animales notaron que algo andaba mal con Luna y decidieron acercarse para preguntarle qué le pasaba. "-Estoy sintiendo mareos y dolor de cabeza"- dijo Luna con preocupación.
El ratón sabio del bosque recordó haber visto esa misma flor antes y le explicó a Luna que era venenosa. Todos quedaron asustados al escuchar esto e intentaron buscar una solución para salvarla.
La ardilla sugirió ir al árbol más viejo del bosque donde vive el búho sabio quien podría tener alguna cura o remedio para ayudar a Luna.
Cuando llegaron al árbol del búho sabio, este les explicó que solo había una forma de salvarla: debían encontrar el antídoto hecho por una rara mariposa llamada Maripozul. Sin perder tiempo, los animales se pusieron en marcha para encontrar a la mariposa. Después de buscar por todo el bosque, finalmente encontraron a Maripozul en una flor solitaria.
Los animales le explicaron lo que había pasado con Luna y ella accedió a ayudarlos. Con su poder mágico, creó un antídoto para Luna. Luego de tomar el antídoto, Luna empezó a sentirse mejor y recuperó sus fuerzas rápidamente.
Agradecida con todos los animales del bosque por haberla salvado, prometió nunca más reagarrar flores sin antes verificar si eran seguras. Desde ese día en adelante, Luna se convirtió en una defensora del bosque y siempre recordaba la importancia de cuidarlo y protegerlo.
Los animales la admiraban aún más por su valentía y sabiduría al enfrentar una situación difícil.
Y así fue como gracias a la ayuda de sus amigos del bosque encantado, Luna aprendió una gran lección sobre el peligro que puede traer incluso las cosas más hermosas.
FIN.