La búsqueda del árbol mágico saludable
Había una vez, en un bosque encantado, un unicornio llamado Luna que vivía junto a su amigo caballo Sol.
Ambos eran muy felices y siempre se divertían juntos, pero un día, mientras paseaban por el bosque, escucharon unos gritos desesperados. - ¡Ayuda! ¡Por favor, ayuda! -gritaba un pequeño patito que estaba atrapado en una red. Luna y Sol corrieron hacia donde estaba el patito y rápidamente lo liberaron de la red.
El patito les contó que había sido capturado por unos cazadores furtivos y que gracias a ellos había logrado escapar. Los amigos decidieron ayudarlo a encontrar su hogar y juntos comenzaron a caminar por el bosque. De repente, oyeron otro grito de auxilio.
Era un conejito que estaba siendo perseguido por una serpiente venenosa. Sin pensarlo dos veces, Luna y Sol corrieron hacia el conejito para protegerlo de la serpiente. Lograron ahuyentarla con sus relinchos fuertes y le salvaron la vida al conejito.
Agradecido por su valentía, el conejito les habló sobre un árbol mágico cercano que cumplía todos los deseos de aquellos que lo encontraran. Luna recordó entonces su gran sueño: volar sin restricciones como las aves del cielo.
Junto al patito valiente y el conejito salvaje emprendieron la búsqueda del árbol mágico entre risas y aventuras pero pronto se dieron cuenta de algo importante: si querían alcanzar sus metas debían cuidar su salud.
Así que decidieron alimentarse con las frutas del bosque para crecer fuertes y sanos. Finalmente, después de muchas peripecias, encontraron el árbol mágico. Luna cerró los ojos y pidió su mayor deseo: volar sin restricciones.
Y así fue, sus alas aparecieron en su lomo y comenzó a volar libremente por el cielo. El patito valiente deseó ser más grande y fuerte para defenderse mejor de los cazadores furtivos y la serpiente venenosa.
El conejito salvaje quería aprender más sobre el mundo que lo rodeaba para poder ayudar a otros animales en peligro. Luna, Sol, el patito valiente y el conejito salvaje siguieron explorando juntos el bosque encantado, cuidando siempre su salud con una buena alimentación para seguir siendo tan valientes como siempre.
Y así vivieron felices por siempre jamás. Fin.
FIN.