La búsqueda del Arca Divina


En lo profundo del bosque, los animales se encontraban reunidos en un claro. El zorro hablaba con el búho, la jirafa compartía sus pensamientos con el mono, y hasta el león escuchaba atentamente a la liebre.

Todos estaban inquietos por las noticias que habían llegado: un diluvio se acercaba y debían encontrar una manera de salvarse.

El elefante, con su sabiduría y calma habitual, propuso una idea: "¡Debemos buscar el Arca de Dios! Se dice que es un refugio seguro en tiempos de peligro". Los demás animales asintieron emocionados ante la posibilidad de sobrevivir al diluvio. Así comenzó una gran aventura para encontrar el Arca perdida.

El mapache ofreció rastrear pistas, la mariposa se ofreció a volar alto para buscar desde arriba y el oso prometió proteger al grupo en todo momento. Después de días de búsqueda intensa, finalmente dieron con el Arca de Dios.

Era majestuosa, imponente y parecía brillar bajo los rayos del sol. Los animales se miraron entre sí con alegría y gratitud por haber llegado tan lejos. Al acercarse al Arca, una voz resonó desde lo alto: era Dios hablándoles.

"Queridos animales, han demostrado su valentía, trabajo en equipo y solidaridad en esta travesía. Por eso les concedo refugio en mi Arca para que puedan salvarse del diluvio". Los animales entraron uno a uno al Arca mientras las primeras gotas de lluvia caían sobre la Tierra.

Adentro encontraron comida abundante, camas cómodas e incluso un espacio para cada especie animal. Estaban a salvo.

Días después, cuando el diluvio cesó y las aguas retrocedieron, los animales salieron del Arca renovados y agradecidos por esta experiencia que los había unido como nunca antes. Desde ese día, los animales recordaron siempre la importancia de estar unidos frente a las adversidades y cómo trabajar juntos puede llevarlos lejos.

Y así vivieron felices por siempre jamás en aquel bosque donde la amistad y la solidaridad reinaban sin fin.

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