La búsqueda del arcoiris mágico



Había una vez, en un hermoso bosque lleno de árboles frondosos y ruidosos arroyos, una leona llamada Ernestina. Ella era la reina del bosque y todos los animales la respetaban por su sabiduría y valentía.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Ernestina vio un hermoso arcoiris que brillaba en el cielo.

Recordó las historias que había escuchado sobre los maravillosos deseos que se podían pedir a un arcoiris y decidió buscarlo para hacer realidad sus sueños más anhelados. Mientras caminaba en busca del arcoiris, se encontró con muchos animales del bosque: conejos juguetones saltando entre las flores silvestres, pájaros cantando melodías dulces desde lo alto de los árboles y ardillas correteando entre las ramas.

-Ernestina ¿qué haces aquí? -preguntó el zorro astuto al verla pasar- ¡Deberías estar cazando! -No hoy amigo zorro -respondió ella- Estoy buscando algo muy especial. Un arcoiris mágico que concederá mis deseos más profundos.

El zorro sonrió con malicia:-Ja! Eso es solo una leyenda urbana. No hay nada mágico en ese arcoiris. Pero Ernestina no se dejó desanimar por las palabras del zorro astuto.

Continuó su camino hasta llegar a una pequeña laguna donde encontró a una niña llorando bajo un árbol. -¿Qué te pasa pequeña? -preguntó Ernestina preocupada. -Mi mamá está enferma y no sé qué hacer -respondió la niña entre sollozos. Ernestina se acercó a ella para confortarla:-No te preocupes, todo estará bien.

Yo estoy buscando un arcoiris mágico que concederá mis deseos más profundos. Quizás pueda pedir por la salud de tu mamá. La niña sonrió tímidamente ante las palabras de Ernestina, quien decidió ayudarla en su búsqueda del arcoiris mágico.

Juntas caminaron por el bosque durante horas, encontrándose con muchos animales en su camino: una familia de osos jugando en un claro, una manada de ciervos pastando bajo los árboles y un grupo de mapaches preparando su cena nocturna.

Finalmente llegaron a la cima de una montaña donde encontraron el tan ansiado arcoiris. Ernestina cerró los ojos y pidió tres deseos maravillosos mientras la niña observaba con asombro.

Cuando terminó, algo increíble ocurrió: el arcoiris comenzó a brillar intensamente hasta que explotó en miles de colores que llenaron el cielo. De repente, todos los animales del bosque comenzaron a cantar y bailar alrededor de ellas celebrando sus deseos cumplidos.

La leona abrazó a la pequeña niña felizmente mientras le susurraba al oído:-Recuerda esto siempre: nunca subestimes tus sueños porque pueden convertirse en realidad si crees lo suficiente en ellos.

Y así termina nuestra historia, enseñándonos que debemos perseguir nuestros sueños sin importar cuán imposibles parezcan ser, y que siempre podemos encontrar la ayuda de amigos inesperados en el camino.

FIN.

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