La búsqueda del cristal mágico
Había una vez un pequeño niño llamado Arco Iris que vivía en un mundo mágico lleno de colores y alegría. Siempre estaba rodeado de sus amigos, la Estrella y el Pan. Pero un día, algo extraño sucedió.
La oscuridad llegó a su mundo y comenzó a apagar todos los colores. Arco Iris se preocupó mucho al ver que su mundo ya no era tan colorido como antes.
Entonces decidió hablar con sus amigos para encontrar una solución. "¿Qué podemos hacer?", preguntó Arco Iris. "No lo sé", respondió la Estrella. "Yo tampoco tengo idea", dijo el Pan.
Pero Arco Iris no se rindió, sabía que juntos podrían encontrar una forma de traer de vuelta los colores a su mundo. Así que decidió ir en busca del Mago más sabio del lugar para pedirle ayuda.
Al llegar con el Mago, éste les explicó que había un cristal mágico escondido en las profundidades del bosque encantado que podía devolver los colores perdidos. Los tres amigos emprendieron entonces un peligroso viaje hacia el bosque encantado. En el camino se encontraron con muchos obstáculos y peligros, pero juntos lograron superarlos uno por uno.
Finalmente llegaron al lugar donde se encontraba el cristal mágico y lo tomaron entre sus manos. De regreso a casa, lo colocaron en medio del pueblo y empezaron a cantar una canción llena de amor y esperanza mientras tocaban el cristal con sus manos.
De repente, algo maravilloso ocurrió: los colores regresaron al mundo de Arco Iris. Los árboles volvieron a ser verdes, el cielo azul y las flores recuperaron su hermosura. "¡Lo logramos!", exclamó Arco Iris emocionado.
"Gracias por no rendirse nunca", dijo la Estrella. "Juntos siempre podemos hacer grandes cosas", agregó el Pan. Desde ese día, los tres amigos aprendieron que con amor, esperanza y trabajo en equipo se pueden superar cualquier obstáculo.
Y así vivieron felices para siempre en un mundo lleno de colores y alegría.
FIN.