La búsqueda del Ganso Valiente
Había una vez en una granja llamada "La Granjita Alegre", donde vivían el Buey, el Ganso, la Oveja, las Gallinas y los Cabritos. Todos los animales eran muy amigos y se divertían mucho juntos.
Un día soleado, mientras jugaban en el campo, se dieron cuenta de que faltaba alguien. ¡El Ganso había desaparecido! Los demás animales comenzaron a buscar por todos lados, pero no lograban encontrarlo. Estaban muy preocupados.
El Buey fue el primero en hablar y dijo: "-Tenemos que encontrar al ganso lo más pronto posible. No podemos dejarlo solo". La Oveja asintió con la cabeza y agregó: "-Sí, es nuestro amigo y necesitamos ayudarlo". Las gallinas cacarearon en acuerdo y los cabritos saltaron emocionados.
Juntos decidieron dividirse para buscar al Ganso por diferentes lugares. El Buey decidió ir hacia el río porque sabía que al Ganso le gustaba nadar allí. La Oveja fue a revisar el granero donde solían jugar escondidas.
Las gallinas fueron a investigar detrás del gallinero y los cabritos exploraron el bosque cercano. Después de un largo rato buscando sin éxito, todos los animales se reunieron nuevamente en la granja con caras tristes.
"-No encontré al Ganso en ninguno de mis lugares", dijo la Oveja con voz apagada. "-Tampoco estaba cerca del río", añadió el Buey preocupado. Las gallinas cacarearon lastimosamente mientras los cabritos balaban tristemente. Todos extrañaban al Ganso y no sabían qué más hacer.
De repente, el Buey tuvo una idea. "-¡Ya sé! Podemos preguntarle a Don Perro, él siempre sabe todo".
Los animales asintieron emocionados y se dirigieron hacia la casa de Don Perro, un viejo perro guardián que vivía en la granja vecina. Don Perro los recibió con gusto y escuchó atentamente su problema. Luego de pensar por un momento, dijo: "-Creo saber dónde puede estar el Ganso. Síganme".
Todos los animales lo siguieron hasta llegar a un pequeño estanque escondido detrás del corral de ovejas. Y allí estaba el Ganso, nadando felizmente sin tener ni idea de la preocupación que había causado. "-¡Gansito! ¡Nos tenías muy preocupados!", exclamaron todos al unísono.
El Ganso salió del agua sorprendido y dijo: "-Lo siento mucho amigos, me distraje jugando en este lindo estanque". Los demás animales lo abrazaron aliviados y le dijeron que lo importante era haberlo encontrado sano y salvo.
A partir de ese día, todos aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de cuidarse unos a otros y nunca dejar a nadie atrás. Desde entonces, cada vez que salían a jugar o explorar juntos, se aseguraban de contar cuántos eran antes de empezar para evitar perderse nuevamente.
Y así fue como en "La Granjita Alegre" reinó siempre la amistad y el compañerismo entre sus habitantes animals y emplumados. .
FIN.