La Búsqueda del Pasaporte Perdido



Un día soleado en el barrio de Villa Lindo, Dani y Jessi se sentaron bajo un gran árbol de eucalipto, soñando con su boda en la hermosa ciudad de Punta Cana. Tenían todo planeado: el lugar, la música, las flores, pero... había un pequeño gran problema.

-Dani, no puedo dejar de pensar en cómo será nuestro casamiento en Punta Cana -dijo Jessi, con una gran sonrisa.

-Sí, será increíble. Pero, ¿cómo vamos a llegar sin pasaporte? -respondió Dani, frunciendo el ceño.

Ambos se miraron con preocupación. Necesitaban ese documento para poder viajar, pero nunca habían pensado en ello antes. De repente, Jessi tuvo una idea.

-Esperá, ¿y si hacemos un plan para conseguirlo? Podríamos hablar con la abuela de uno de nosotros, seguro tiene contactos o nos puede ayudar.

-Podrías tener razón -dijo Dani, llenándose de entusiasmo. -Voy a hablar con mi abuela, siempre tiene muchas historias sobre cómo resolvió problemas en su juventud.

Así, al día siguiente, Dani y Jessi fueron a visitar a la abuela Elena. Ella era una mujer sabia, llena de aventuras y siempre contaba cuentos sobre su vida. Cuando Dani le explicó su deseo de casarse y su falta de pasaporte, la abuela sonrió y dijo:

-No se preocupen, mis amores. Tengo un par de ideas, pero primero necesito un poco de música. Si logramos que suenen esos acordes en mi viejo piano, las ideas fluirán.

Dani y Jessi se miraron con curiosidad, pero no dudaron en buscar su pequeño teclado. Con algunas melodías en el aire, la abuela Elena comenzó a hablar.

-Una vez, cuando era joven, me quedé atrapada en un lugar donde no podía salir. Pero si hay algo que aprendí es que, con creatividad y trabajo en equipo, siempre se encuentran soluciones. Primero, necesitamos reunir todos los documentos necesarios para el pasaporte.

-Dani, ¿tú sabes dónde está mi acta de nacimiento? -preguntó Jessi, mientras pensaba en sus papeles.

-Pienso que en casa, pero no estoy seguro. -respondió Dani, mientras recordaba el desorden de su habitación.

-¡Genial! Entonces, vamos a buscarlo. -dijo Jessi, levantándose.

Dani y Jessi corrieron a casa de Dani. Comenzaron a buscar en cajones, debajo de la cama y en cada rincón. Después de un buen rato, encontraron el acta de nacimiento, pero se dieron cuenta de que habían olvidado otro documento importante: el DNI.

-¡Ay no! No puedo creerlo. -exclamó Jessi. -¿Qué vamos a hacer ahora?

-También tengo un amigo que sabe mucho sobre documentos. Tal vez él pueda ayudarnos. -sugirió Dani.

Decididos, llamaron a su amigo Tomás, un experto en trámites. Cuando llegó, les explicó cómo funcionaba el proceso.

-Primero, tienen que ir a la oficina de registro, ahí les darán información sobre cómo tramitar el pasaporte. -dijo Tomás.

Juntos, los tres se dirigieron a la oficina. Era un lugar grande y ajetreado. Cuando llegaron, se dieron cuenta de que había mucha gente aguardando. Pero Dani y Jessi no se desanimaron.

-Jessi, recordá lo que dijo la abuela: no hay problema sin solución. Vamos a hacer fila y pedir ayuda a alguien que esté ahí. -sugirió Dani.

Esperaron pacientemente mientras pensaban en todo lo que harían en su boda. Finalmente, llegaron a la ventanilla y una amable funcionaria los recibió.

-¡Hola! ¿En qué puedo ayudarles? -preguntó la funcionaria con una sonrisa.

-Hola, queremos casarnos en Punta Cana, pero necesitamos pasaporte y no sabemos por dónde empezar. -explicó Dani.

-No se preocupen. Los guiaré en todo el proceso. Solo necesito sus documentos y llenaremos los formularios. -dijo la funcionaria.

Así, tras completar los trámites, Dani y Jessi se dieron cuenta de que la espera había valido la pena. En una semana, tendrían sus pasaportes.

-¡Lo logramos! -gritó Jessi, llena de alegría. -Ahora sí, estamos un paso más cerca de nuestro sueño.

-Pero eso no es todo, Jessi. Aún hay que organizar la fiesta de casamiento. -recordó Dani, riendo.

Finalmente, llegó el día de su boda en Punta Cana. Era un lugar mágico, con aguas cristalinas y un sol radiante. Se miraron a los ojos y supieron que, a pesar de todas las dificultades, su amor y determinación los habían llevado a cumplir su sueño.

-Te amo, Jessi. -dijo Dani, mientras se tomaban de las manos.

-Y yo a vos, Dani. Gracias por acompañarme en esta locura. -respondió Jessi, sonriendo con todo su corazón.

Y así, Dani y Jessi aprendieron que con esfuerzo, trabajo en equipo y mucha creatividad, cualquier problema puede ser resuelto. Y mientras disfrutaban de su boda, supieron que su amor siempre los llevaría a encontrar el camino correcto, sin importar los obstáculos que aparecieran en el camino.

FIN.

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