La búsqueda del perro perdido



Había una vez un grupo de amigos, Juan, Sofía y Tomás, que siempre se divertían juntos en el parque. Les encantaba jugar al fútbol, columpiarse y comer helados.

Un día, mientras jugaban a la pelota, notaron que uno de los chicos del barrio estaba triste y no quería jugar con ellos. Se acercaron a él para preguntarle qué le pasaba y descubrieron que tenía un problema: su perro había escapado de casa y no podía encontrarlo.

-¡Oh no! -dijo Juan-. Eso es terrible. ¿Quieres que te ayudemos a buscarlo? El chico asintió con la cabeza y todos se pusieron en marcha para encontrar al perro perdido.

Recorrieron todo el parque buscando pistas y preguntándole a la gente si habían visto algo. Después de un rato, encontraron al perro detrás de unos arbustos cerca del lago. Estaba asustado pero ileso. -¡Lo encontramos! -gritó Sofía emocionada-.

¡Qué felicidad! El dueño del perro les dio las gracias por ayudarlo a encontrarlo y todos regresaron al parque juntos. Pero ahora había un nuevo problema: el sol se estaba poniendo y era hora de irse a casa. -¿Y si hacemos una carrera hasta ese árbol? -propuso Tomás-.

El último en llegar tiene que pagar los helados. Todos aceptaron emocionados la propuesta e iniciaron la carrera hacia el árbol más grande del parque.

Fue una carrera muy reñida pero finalmente Juan llegó primero seguido por Sofía y luego Tomás. -¡Eso significa que yo tengo que pagar los helados! -dijo Tomás riendo. Todos se rieron y fueron a comprar los helados.

Mientras disfrutaban de ellos, Juan dijo:-Chicos, hoy aprendimos algo muy importante: cuando alguien tiene un problema, podemos ayudarlo y hacer una gran diferencia en su vida. Además, siempre es divertido estar juntos y hacer cosas buenas para los demás.

Los tres amigos asintieron con la cabeza y prometieron seguir siendo buenos amigos y ayudar a quienes lo necesiten.

FIN.

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