La Búsqueda del Tesoro de Ana
Había una vez una niña llamada Ana que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un extenso bosque.
Un día, mientras jugaba cerca del bosque, encontró un mapa antiguo que indicaba la ubicación de un tesoro escondido en el castillo abandonado del reino. Ana decidió aventurarse hacia el castillo para buscar el tesoro. Sin embargo, al llegar allí se encontró con un enorme dragón que custodiaba la entrada.
La niña estaba asustada pero recordó algo que su abuelo le había dicho: "No hay nada más valiente que enfrentar tus miedos". - Hola, señor dragón -dijo Ana tratando de parecer valiente-.
¿Podría permitirme entrar al castillo? El dragón la miró fijamente y respondió:- Nadie ha logrado pasar por mí para llegar al tesoro. Pero si quieres intentarlo, adelante. Ana entró al castillo y comenzó a explorar cada rincón hasta encontrar una habitación secreta donde estaba guardado el tesoro.
Al tomarlo, escuchó unos pasos detrás de ella y se dio cuenta de que era el dueño original del tesoro: el rey. - ¿Qué haces aquí? -preguntó él con enojo-. Este tesoro me pertenece.
Ana explicó cómo había encontrado el mapa y lo había seguido hasta llegar al castillo. El rey entendió la situación y quedó impresionado por la valentía de Ana. Decidió darle una parte del tesoro como recompensa por su coraje y le prometió ayudarla a regresar a casa sana y salva.
De vuelta en su pueblo, Ana decidió compartir su tesoro con los demás niños y construyeron un parque para jugar juntos. A partir de ese día, Ana se convirtió en una heroína para todos los niños del pueblo.
La moraleja de la historia es que siempre hay que enfrentar nuestros miedos y ser valientes para lograr nuestras metas. Además, también nos enseña el valor de compartir y trabajar juntos en comunidad.
FIN.