La Búsqueda del Tesoro Floral



Era un lindo día soleado en el jardín de los Jardines de Colores. Milo, un girasol radiante, y Maiten, una delicada margarita, estaban hablando sobre algo emocionante.

"Maiten, ¿no te parece que los niños de 4 años estarían encantados con una búsqueda del tesoro?" - preguntó Milo, moviendo sus pétalos con entusiasmo.

"¡Sí, claro! Pero necesitamos que sea especial, algo que los haga aprender sobre las plantas", - respondió Maiten, mientras se mecían suavemente con la brisa.

Decidieron organizar una colectiva, así que empezaron a crear pistas que los guiarían por el jardín. Cada pista enseñaría a los niños algo nuevo sobre las flores y los plantines. El primer día se dedicaron a escribir las pistas en hojas que caían de un árbol.

Un niño llamado Tomás, que estaba jugando cerca, escuchó a los dos amigos y se acercó curioso.

"¿De qué están hablando?" - preguntó Tomás con ojos grandes.

"¡Hola! Estamos planeando una búsqueda del tesoro floral. ¿Te gustaría participar junto a tus amigos?" - dijo Milo emocionado.

"Sí, pero necesitaría convencer a mis amigos!" - contestó Tomás."¿Qué necesito decirles?"

"Simplemente diles que habrá aventuras y cosas nuevas para aprender!" - respondió Maiten.

Tomás se fue corriendo y pronto regresó con un grupo de amigos listos para participar. Todos estaban entusiasmados y comenzaron a buscar.

La primera pista los llevó a un rosal. Allí aprendieron sobre las espinas y la delicadeza de las flores.

"¡Las rosas son muy hermosas pero hay que tener cuidado con las espinas!" - exclamó un niño.

La siguiente pista los guió hacia un cantero con hierbas aromáticas. ¡Aromas de albahaca y menta llenaron el aire!"¡Mirá! Las hojas huelen muy rico y son comestibles, podemos hacer una ensalada!" - dijo Maiten, mientras observaba a los niños disfrutar las fragancias.

Finalmente, llegaron a un árbol enorme donde encontraron el tesoro, ¡a un montón de plantines nuevos para plantar!"¡Sorpresa! Este es nuestro tesoro, y ustedes son parte de él! Las plantas que ustedes elijan también van a embellecer nuestro jardín" - exclamó Milo con alegría.

Los niños estaban encantados y se comprometieron a cuidar cada plantín con mucho amor, mientras Milo y Maiten sonreían al ver que su idea había tenido tanto éxito.

"Cada uno de ustedes ahora es un pequeño jardinero" - dijo Maiten feliz "y aprendieron sobre la importancia de las plantas para nuestro mundo".

Y así, la búsqueda del tesoro floral no solo se convirtió en una divertida aventura, sino que también dejó una lección muy especial en los corazones de los pequeños amigos, que prometieron volver a visitar a sus nuevas flores y siempre recordar el valor de cuidar la naturaleza.

FIN.

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